La complacencia del Gobierno con ERC no parece tener límite. Ayer aceptó votar a favor de una moción independentista por la que el Gobierno se compromete a convocar una «mesa de diálogo» tras las elecciones catalanas en la que puedan abordarse la «autodeterminación y la amnistía».
Tanto el PSOE como Podemos han consentido que en plena campaña electoral, y cuando la Generalitat sigue desafiando a la Fiscalía y al Tribunal Supremo excarcelando a los condenados por sedición, ERC se apunte el mejor de los logros: que el Congreso debata sobre dos fórmulas que ni siquiera existen en nuestro ordenamiento.
La autodeterminación, porque no está regulada como derecho salvo en países residuales, y la amnistía, porque los perdones colectivos no están previstos en nuestra Constitución.
De nuevo ERC vence la batalla del lenguaje, de los conceptos y de la burla a la democracia.
Con todo, lo más grave es que sea el Gobierno de la nación quien avale el disparate.
ABC
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