Considera que la operación de Moncloa persigue centrar el duelo de las elecciones catalanas entre ERC y el PSC y dejar a En Comu Podem sin espacio electoral
El desembarco de Salvador Illa en la batalla electoral del 14 de febrero en Cataluña se ha convertido en motivo de “máxima preocupación” para Pablo Iglesias. Hasta el punto de que el vicepresidente segundo del Gobierno da por hecho que el traslado del ministro de Sanidad, decidido por Pedro Sánchez, es una jugada del PSOE para hundir electoralmente a Podemos.
Todos los analistas políticos han coincidido en los últimos días en señalar que la llegada de Illa ha sacudido el panorama político en Cataluña. El movimiento ha sido interpretado por la mayoría como una operación de Moncloa para captar ese votante que en 2017 se movilizó para apoyar masivamente a Ciudadanos.
‘Operación Illa’ para hundir a Podemos
Sin embargo, la irrupción de la candidatura del todavía ministro de Sanidad ha puesto también en “máxima alerta” a Pablo Iglesias, según reconocen a Confidencial Digital fuentes de su máxima confianza.
Recuerdan que la última encuesta del CEO, el CIS catalán, sitúa al PSC muy cerca de Junts per Catalunya y sólo cuatro puntos y medio por debajo de ERC.
Vaticinan que los socialistas puedan incluso lograr ahora un gran éxito electoral por el ‘efecto Illa’, aunque advierten de que esa operación vendrá acompañada de un efecto secundario potencialmente desestabilizador para el Gobierno de coalición: el debilitamiento de su socio minoritario.
En el equipo del vicepresidente segundo asumen que En Comú Podem se enfrenta al mismo peligro que en la debacle del partido en Galicia y País Vasco. En ambos territorios, Podemos sufrió una importante fuga de votos hacia la izquierda nacionalista, BNG y EH Bildu en ese caso.
El “adversario a batir” por el independentismo
Según las fuentes consultadas por ECD, la cúpula de la formación morada ha detectado ahora en Cataluña una amenaza similar: ERC. Y no ha pasado por alto que el independentismo ha identificado a Salvador Illa como el “verdadero adversario a batir”.
Ese nuevo tablero político reduce, a juicio del equipo de Iglesias, las expectativas electorales de su partido al polarizar las elecciones catalanas en un duelo entre ERC y el PSC y dejar a En Comu Podem prácticamente sin electorado al que dirigirse. El votante de izquierdas no considerará útil, en ese escenario, decantarse por los ‘comunes’, concluyen.
En efecto, el independentismo ya ha modificado su estrategia. “El PSC apuesta fuerte para ganar las elecciones en Cataluña. Y los únicos que podemos ganar al PSC somos Esquerra Republicana. Ya lo hicimos en dos ocasiones el año pasado”, aseguró la portavoz de ERC, Marta Vilalta, nada más conocerse que el candidato socialista a la Generalitat sería Illa, y no Miquel Iceta, como se daba por seguro.
“Estas elecciones habrá que escoger entre Esquerra y el PSC”, escribió también Oriol Junqueras, presidente de ERC, el partido al que los sondeos otorgan la victoria el 14-F.
“Somos la única garantía para evitar un tripartito con el PSC, que ya no esconde su anticatalanismo”, reaccionó Albert Batet, presidente en la última legislatura del grupo parlamentario de Junts, que le pisa los talones a Esquerra en las encuestas.
Marcar un perfil propio ante las catalanas
En el entorno del vicepresidente segundo del Gobierno anticipan a Confidencial Digital que los gestos para marcar perfil propio dentro del Gobierno, aun a costa de provocar conflictos internos entre los dos socios de la coalición, se intensificarán a medida que se acerque el arranque de la campaña catalana.
Admiten que, abandonado el sueño del ‘sorpasso’ a los socialistas, Pablo Iglesias ha comenzado a asumir que “la fuerza de Podemos cada vez se acerca más a la de la vieja IU, aunque con una vocación que ésta nunca quiso o no pudo ejercer: gobernar con el PSOE para arrastrarlo a posiciones más a la izquierda”.
Pese a ello, en el discurso presidencial de balance del año, Sánchez recuperó la semana pasada la línea de los días en que se aprobaron los Presupuestos para mandar un mensaje tranquilizador. “Este es un Gobierno de coalición que tiene ánimo de perdurar en el tiempo”, aseguró. “Y digo Gobierno de coalición con todas las letras”, insistió.
Una “inquietante” sangría de votos
Frente al mayor poder que ha tenido nunca en Madrid, como socio del PSOE en el Gobierno central, Podemos asume que empieza a deshacerse por el resto de España. Tras perder en 2019 la representación en Cantabria y Castilla-La Mancha, el pasado mes de julio quedó también fuera del Parlamento gallego.
El partido continúa una caída libre en las urnas que sufre desde 2015, año en el que se presentaron por primera vez a unas generales, y desde las autonómicas de 2016, cuando llegaron a ser segunda y tercera fuerza en Galicia y Euskadi, respectivamente. Reconocen la “inquietante” pérdida de apoyos que están sufriendo en estos momentos.
Pierden la mitad de los escaños
Por si esto fuera poco, altos cargos de Unidas Podemos advierten de que sus prospecciones internas anticipan que “todavía no se ha tocado fondo”. Un pronóstico por tanto mucho más negativo que el realizado por la gran mayoría de las encuestas publicadas.
En la coalición admiten que el desplome que arrojan sus estudios es “considerable” y que implicaría una notable pérdida de escaños en el Congreso si hoy se celebrasen unas elecciones generales en España.
Tal y cómo se contó en ECD hace unos meses, los cálculos internos del equipo de Pablo Iglesias sitúan en estos momentos a Unidas Podemos por debajo de los 20 diputados, 15 menos de los actuales 35.
Un experto demoscópico que asesora a la formación morada explica que la Ley d’Hont “premia a los que suben mucho en intención de voto, pero también castiga a los que sufren un descenso brusco de apoyos”.
No se rentabiliza el “escudo social”
Fuentes de la dirección de Unidas Podemos explican que su protagonismo en el Gobierno, con una vicepresidencia y cuatro ministerios, “actúa como un espejismo” que a pesar de todo no oculta que el partido pierde apoyos en cada cita electoral que se celebra.
“Ni con un vicepresidente ni con una de las ministras mejor valoradas, Yolanda Díaz, estamos sacando rédito electoral”, lamentan en privado.
Reconocen que la idea de basar su discurso en abanderar las medidas sociales aprobadas por el Gobierno de coalición en los primeros meses de legislatura, como los esfuerzos para impulsar el denominado “escudo social” contra los efectos de la pandemia con la aprobación del ingreso mínimo vital como principal medida, se está viendo “devorado por enredos judiciales como el caso Dina”.
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