"Son los cortesanos expulsados de palacio".
La versión en español del prestigioso periódico estadounidense The New York Times ha publicado un artículo de opinión, firmado por el periodista Diego Fonseca, en el que se afirma que “la pandemia le quitó el aliento al catalanismo” y en el que se llega a asegurar: “Den por muerto al independentismo catalán”.
En el texto se apunta que “lo que debía suceder, sucedió”, “la política volvió a ocupar el centro de la escena en España y los sueños de nación del catalanismo han vuelto adonde debían, al espacio onírico de las aspiraciones de donde lo arrancó una generación de líderes incapaz de leer el escenario político con el temple necesario para tomar decisiones que no estuvieran motivadas por un nacionalismo de golpes en el pecho”.
El periodista asegura que ERC lleva casi dos años negociando “una salida digna” a la “derrota autoinfligida” en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, que califica de “patético episodio de fugaz escisión”. Y asegura que ERC ha aumentado sus tensiones con sus antiguos socios al votar a favor de los presupuestos del Gobierno central.
En este sentido, Fonseca defiende que ahora los rebeldes “ya no defienden con tanto diente, en público, la autodeterminación”, sino que “los más inteligentes conversan” y “los más tercos se enrabietan”. “Un poco de sensatez y centro vienen bien cuando mueren miles por un desastre sanitario”, resume.
Por ello, el artículo de The New York Times explica que la independencia catalana está ahora “pinchando las migas en la mesa con la punta del dedo”. Como ejemplo pone a Quim Torra, que presume en Twitter de que jamás bajo su comando se aprobó un presupuesto de España.
“Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat fugado a Waterloo, intenta convertir su derrota en victoria proclamando que la izquierda catalana ha traicionado al independentismo apostando por conversar con el gobierno de Sánchez”, continúa diciendo el artículo, que califica a ambos políticos como “cortesanos expulsados de palacio, rabiando su bronca desde el llano, lejos de donde se corta el queso”.
En contraposición, Fonseca pone a ERC, que “ha comprendido que sólo la política, un delicado ejercicio de conversación tras conversación, le dará oxígeno a la fe catalana en su autodeterminación”.
De hecho, dice que el procés quedó en nada y que simplemente “alimentó la borrachera emocional de la sociedad catalana, sobrada de autoconfianza”.
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