Tal vez sea por mi condición de ácrata irredento, enfrentado de toda la vida a la sinrazón humana más variopinta, que veo la exquisita labor social que tipejos como el Che Pa Blenin realizan. Siguiendo la estúpida máxima creativa de la gente sin talento, es decir, de la gentuza que lo domina casi todo, la máxima del “menos es más”, jamás alguien con tan poco seso ha podido conseguir tanto y eso es muy encomiable.
¿O no? Porque… ¿qué coño es el bien común bajo el espectro de la felicidad personal? ¿Un pueblo feliz es un buen pueblo? No es baladí el advenimiento del Che pa Blenin, Echeminga Dominga, Ipene Moncerdo, Rufián, Haba Colau, Inés Amamadas, Mariano Rajao, Pedro Sandez, Iván Espinoso Yogi , Isabel Abuso, Flipe VI, Chistorra, y tantísimos y tan tontísimos otros.
Notad que el único nombre que no he tuneado es el de Gabriel Rufián, pues este es tan, pero tan imbécil que ya lo muestra en su apellido real. ¡Ya ven ustedes qué nos puede gobernar, como si tal cosa, UN RUFIÁN!
La realidad más macabra, como se ve, supera poderosamente a la ficción más surrealista. Y hete aquí el por qué nuestro viceprepotente segundo y ministro de Desechos Sociales, gobierna a base de ver series de Netflix.
Su tuiter es un reguero constante de preguntas, comentarios, publicidad y consultas sobre las series de esta empresa yanqui de entretenimiento (aunque el Chepa es más conocido por idolatrar una serie de HBO, “Juego de truños” y regalarla mediáticamente al Rey de España, el cual, a su vez, regaló dicha serie a Patrimonio Nacional –pues ese es el sumidero público donde van a parar todos los obsequios a la Casa Real –. ¡Flipante no! El Rey haciendo honor a su nombre: Flipe).
Eso sí, alguno puede decirme que no sólo de series se nutre el Che Pa Blenin, que es politólogo, profesor y presentador de TV. “¿Tú también, Bruto, hijo mío?” Esa es mi respuesta, como dicen que dijo Julio César tras recibir 23 puñaladas… pues yo también soy politólogo y puedo garantizar que un título universitario lo puede tener cualquier iletrado, y no lo digo por mí, que jamás tomé apuntes en mis estudios, sino por los compañeros que sí lo hacían y por los profesores y catedráticos que se los dictaban… ¡esa maldita panda de analfabetos!
No es casualidad que el Che Pa sea profesor. De esos pastos, estos borregos.
César Bakken Tristán ( El Correo de España )
No hay comentarios:
Publicar un comentario