Fernando Grande-Marlaska ofrece a ERC la purga de la cúpula de la Guardia Civil
Fernando Grande-Marlaska quiere fuera a todos los mandos que participaron en operaciones por el 'procés'
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Ahora sí. Fernando Grande-Marlaska ha acelerado el ritmo y ha querido de un plumazo dar la vuelta a su ministerio. De momento está en la fase de la cúpula de la seguridad, pero también quiere llevar a cabo una purga en el segundo nivel, en el de los responsables operativos de los diferentes cuerpos. Y todos los ojos se han dirigido inmediatamente a la Guardia Civil.
El ministro del Interior tiene previsto llevar a cabo una purga en la cúpula del Instituto Armado. Quiere mandos que no se hayan posicionado pública u operativamente con dureza contra el procés, mandos que "no molesten demasiado" entre los socios de legislatura de Gobierno.
La primera pieza que se querían cobrar los independentistas, como adelantó EL MUNDO, era el general jefe de Cataluña, Pedro Garrido, un general con un prestigio interno y que ha sido una de las piezas capitales en las actuaciones contra los ahora condenados por sedición.
Garrido se curtió en el País Vasco, en Vitoria, luchando contra el terrorismo de ETA. Un hombre sin pelos en la lengua. Ya denunció en una alocución pública el "independentismo radical, autócrata, sectario y supremacista" que imperaba en Cataluña. "Volveremos a ser una de las piezas clave para que la acción del Gobierno de la Nación, responsable de la seguridad pública en España, se haga presente también en todo el territorio de Cataluña".
En aquel acto también estaba la actual delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, quien acudió a templar gaitas con los Mossos que, en contra de lo que sostuvo el Gobierno, sí abandonaron los actos por el Día de la Guardia Civil antes de que finalizaran. Su salida es una exigencia de ERC, que le considera uno de los responsables de la presión contra los CDR.
Busca mandos aceptados por Mossos y Ertzaintza
No será este el único relevo/destitución. El ministro quiere fuera de la cúpula a todos los que hayan estado en la misma línea de Garrido. Su perfil: mandos de la Guardia Civil que sean aceptados por el cuadro de mandos de los Mossos, bien vistos por la Ertzaintza y que, además, sean menos rectos a la hora de interpretar lo que ha pasado en Cataluña para desjudicializar la situación catalana.
No lo tiene fácil. La unidad de acción del Instituto Armado contra el procés ha sido bastante nítida. Al frente de la maquinaria para impedir el referéndum estuvo el coronel Diego Pérez de los Cobos, otra de las bestias negras del independentismo.
En la estructura que quiere llevar a cabo Grande-Marlaska es muy probable que se produzcan modificaciones con el fin de aglutinar puestos y así tener que nombrar menos relevos. De hecho, sobre la mesa, llegó a estar de nuevo la posibilidad de crear un único mando que dirigiera tanto a la Policía como a la Guardia Civil, como ya ocurrió con Joan Mesquida en tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba, descartada en el último minuto.
El actual ministro ya ha demostrado que no le tiembla el pulso y que es frío a la hora de tomar decisiones. El pasado martes, en círculos privados, anunció que no tenía intención de realizar cambios y que si los concretaba sería la semana que viene. Y todos recuerdan cómo tomó la decisión de destituir al frente de la Unidad Central Operativa (UCO) a uno de los coroneles más emblemáticos en el seno de la Guardia Civil, Manuel Sánchez Corbí.
Marlaska no quiere mandos 'impuestos'
Fuentes cercanas al ministro apuntan que dos han sido los principales motivos para llevar a cabo tan amplia renovación. El ministro quiere tener a su equipo. Muchos de los nombramientos que ahora ha revocado considera que le fueron impuestos/asesorados desde las filas del PSOE, como es el caso de la saliente secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella.
Otros debían ser consensuados con el Ministerio de Defensa y el nombre de Félix Azón era más de Margarita Robles que de Grande-Marlaska. La distancia entre ambos ministros es cada vez más grande, y por eso, el titular de Interior trata de ganar espacio haciendo gestiones para cerrar el nombre de quien llevará las riendas de la Guardia Civil y casi imponerlo al Ministerio de Defensa.
Su primer sondeo fue a la juez que ha estado instruyendo el caso del máster de Pablo Casado. Carmen Rodríguez Medel, con un perfil conservador, es hija y hermana de coroneles de la Guardia Civil. Pero parece que el intento de fichaje no ha llegado a término. La propuesta no avanzó. El nombramiento del responsable de la Guardia Civil debe estar consensuado entre el ministro del Interior y el de Defensa.
El nombre que sí está claro es el que ocupará la cartera de secretario de Estado de Seguridad. Se trata de Rafael Pérez, el hasta ahora jefe de gabinete del ministro. Magistrado también, son amigos desde hace muchos años. Coincidieron en el Consejo General del Poder Judicial.
EL MUNDO
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