Iglesias echa mano del remedio más trillado: subir los impuestos
«No fue un crimen, fue un error», dijo Fouché del fusilamiento del
Duque de d’Enghien por orden de Napoleón. Parodiándolo, podríamos
decir que considerar «de poco valor añadido, estacional y precario» el
turismo español como ha hecho Alberto Garzón, no es un error, es una
melonada. Primero, porque el turismo es la primera industria de
España, que, en 2018, supuso 191.000 millones de euros, el 15% del
PIB y creó 2.600.000 empleos. Debería saberlo el ministro de
Comercio. Y si no lo sabe, no debería estar un minuto más en el cargo.
E incluso si fuese verdad, su deber era exponer la riqueza cultural,
climática, culinaria de nuestro país, como hacen todos los ministros de
todos los países. Claro que
lo compensa su jefe al habernos ahorrado 300.000 muertos con el
Estado de alarma. Ya le oyeron ayer a la hora del aperitivo. ¿Quién le
dio la cifra, su comité científico? Otra razón para que conozcamos sus
nombres. ¿O fue investigación suya? Entonces, habría que pedir para
él el Nobel de Medicina, de la Paz o de Literatura.
Aunque tampoco ha estado mal su vicepresidente segundo, Pablo
Iglesias, que insiste en tener la fórmula para domesticar la otra gran
crisis que amenaza aplastar nuestra económica. Ya que desde la
introducción del euro los estados que lo aceptaron como moneda no
pueden darle a la maquina de fabricar billetes para pagar sus deudas,
Pablo Iglesias echa mano del remedio más trillado: subir los
impuestos: a los más ricos (olvidando que pueden llevar su capital a
lugares donde lo tratan mejor); a las transacciones financieras (con lo
que devaluará la Bolsa); a los patrimonios (lo que significa la ilegal
«doble imposición», pues ese dinero ya tributó al ganarse) y alguna
otra genialidad del que está fascinado por lo bien que le va a
Venezuela. Y si las recetas de estos miembros destacados del gabinete
no bastasen para arruinar España, la ministra de Trabajo se dispone a
despachar agentes al campo «para detectar esclavitud». Que allí hay
abusos, seguro, como en todas partes. Pero se denuncian y persiguen
para eso están inspectores y sindicatos. Que la agricultura española ha
dado un salto gigantesco, no hace falta más que ver sus desfiles de
tractores. España es hoy la huerta de Europa con explotaciones
grandes y pequeñas que compiten con las más avanzadas
Que la ignorancia abunda en los casos citados es evidente. Pero que se
hayan impuesto en el gabinete, donde hay personas mucho más
enteradas en economía, turismo y agricultura, resulta preocupante, al
demostrar que el «jefe» está con aquellos. Sánchez dijo en su día que la
idea de Podemos en el gobierno no le dejaba dormir. Pero resulta que
quien gobierna es Unidas-Podemos, -anticapitalista, antimercado,
antidemócrata- al que pertenecen los citados y están llevando al pie de
la letra su programa, empezando por arruinar un país y terminando
por quitarle sus libertades, para conducirlo más fácilmente. Otro día se
lo explicaré con detalle, pues me queda sólo espacio para decir que
quien tenemos hoy problemas de sueño somos los españoles.
Jose María Carrascal
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