El Ejecutivo vuelve a incorporar en su discurso que hace falta un sistema fiscal más justo para promover un cambio tributario que salve la recaudación
La subida de impuestos ha vuelto al discurso del Gobierno. Ésta será la herramienta principal que utilizará el Ejecutivo para intentar adelgazar el agujero en las cuentas públicas que va a dejar el coronavirus, que el Banco de España cifra en 137.000 millones de euros para 2020, es decir, un déficit público del 11% del PIB.
Este jueves expira el plazo para que el Gobierno envíe a Bruselas su Programa de Estabilidad 2020-2023, en el que tendrá que revisar a la baja su cuadro macroecónomico y advertir a la Comisión de cómo prevé que queden sus cuentas a cierre de año; con la tranquilidad de que por primera vez se ha suspendido el funcionamiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, así que no habrá penalizaciones si los países de la UE acaban el año con déficits abultados.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante la pregunta de cómo iba a compensar el desplome de ingresos -debido a la menor recaudación de impuestos por la caída del consumo y el empleo, y la facturación de las empresas- aludía a que el Ejecutivo rescataría próximamente el proyecto del impuesto sobre determinados servicios digitales (conocido como 'tasa Google') y el de transacciones financieras ('tasa Tobin'). Al ser figuras tributarias de nueva creación, se tramitan en el Parlamento y no tienen que ir en Presupuestos.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, también ha adelantado en el pleno del Congreso de este miércoles de que su tramitación se iniciará cuanto antes.
La facción de Podemos del Gobierno va un paso por delante y ya habla de otras subidas de impuestos que iban en el acuerdo de Gobierno y que tienen que aprobarse en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), como la subida del IRPF a la rentas más altas -que aportaría 328 millones de euros, según los cálculos de Hacienda- o limitar las exenciones y tributación mínima en el Impuesto de Sociedades, lo que en la práctica supone que se recaudarían 1.776 millones de euros más al año de las empresas, estiman.
A estos cambios se sumaría la aprobación de una nueva fiscalidad verde, que aportaría 670 millones euros, una subida del impuesto de patrimonio (339 millones), y un paquete de medidas para luchar contra el fraude, que contribuirían con 828 millones de euros.
Impuestos a altos patrimonios
Estas estimaciones suman en total una recaudación adicional esperada de 5.654 millones (menos del 0,5% del PIB), que se produciría en caso de que todos los cambios estuvieran en vigor un año completo y de que se mantuviera el nivel de actividad que pronosticaba el Gobierno antes de que estallara la crisis del coronavirus. Por lo que, en caso de entrar en vigor, su capacidad de intentar equilibrar las cuentas llegaría en 2021.
Dada la imposibilidad de que estos impuestos se aprueben a corto plazo, ya que ni siquiera es seguro que el Gobierno mantenga sus apoyos de la investidura para sacar adelante los Presupuestos, la única posibilidad para poder introducir alguno de ellos sería la creación de una nueva figura impositiva, algo a lo que ya han hecho referencia fuentes de Podemos e incluso el líder de Más Madrid, Íñigo Errejón, que lo ha pedido para el ámbito autonómico.
Propone una 'tasa Covid' para que los 4.000 madrileños con mayor patrimonio "puedan arrimar el hombro en la misma proporción que el resto", y la Comunidad "no deje de ingresar alrededor de 1.000 millones de euros en concepto de bonificaciones en el impuesto de patrimonio", como le ocurre actualmente.
Unidas Podemos promueve esta misma iniciativa. "En esta crisis todos han arrimado el hombro: los trabajadores, los autónomos, los ciudadanos, pero hay un sector que se resiste: que son los grandes millonarios", para los que propone la creación de un impuesto específico que grave el patrimonio y las sucesiones de los que tienen más de un millón de euros, según ha explicado Jacinto Morano, portavoz del partido en la Asamblea de Madrid.
Los sindicatos también se han sumado a este discurso, para contribuir a que cale entre los trabajadores la necesidad de subir la fiscalidad.
Los sindicatos abonan el terreno
Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha defendido en declaraciones a Europa Press que elevar el Impuesto de Sociedades y el IRPF a las rentas altas es ahora "más pertinente que nunca", y, preguntado por si el Gobierno debería dar marcha atrás en relación a la implantación de las 'tasa Google' y 'tasa Tobin', se ha mostrado partidario de todo lo contrario. "Si algunas tienen sentido son éstas".
"Los que ahora se suben a la tribuna del Congreso reclamando que los autónomos no paguen y se ayude más a las empresas son los mismos que hace unos meses decían que no había que pagar impuestos y que habría que bajarlos, como en las rebajas de enero o los saldos de febrero", ha apuntado.
VOZPÓPULI
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