Aunque no lleva un año en La Moncloa, conocemos perfectamente la forma de gobernar de Pedro Sánchez: ante cualquier problema político, económico o social, se hace la pregunta ¿cómo puede beneficiarme?, y actúa en consecuencia. Que beneficie a España da la impresión de que ni se le pasa por la cabeza. Es lo que ha hecho ante la crisis catalana, ante la amenaza de una crisis económica y, ahora, ente la crisis del coronavirus.
Y es exactamente lo contrario de lo que hacía cuando lideraba la oposición: ¿recuerdan cómo se ensañó con Rajoy por haber traído de África a dos religiosos con ébola? Poco menos que le acusó de importar ese mal a nuestro país.
Ahora, en cambio, en el machito, pide, ruega, suplica a la oposición que le apoye para ahuyentar la nueva peste que llena hospitales, desertiza calles, desploma bolsas y amenaza «entre al 60 y 70% de la población», según calculan los expertos, aunque han perdido bastante crédito después de haberla relativizado hasta cierto punto «para que no cundiera el pánico», según nos dijeron.
Sánchez también les oyó, contentándose con medidas profilácticas, que apenas disturbaban la rutina diaria, con la esperanza de que fuera suficientes, y hasta permitió la macromanifestación feminista del domingo, pese que lo primero que habían advertido los expertos era que había que evitar las aglomeraciones, pues el virus es tremendamente contagioso.
¿Fue allí donde su ministra de Igualdad, Irene Montero, quedo contagiada? Muy posiblemente, pues los casos se multiplicaron desde entonces, corriendo la alarma como la pólvora, tanto de infectados como de muertos, y hoy estamos como Italia cuando se declaró la crisis sin prestarle la debida atención y puede que en quince días estemos como está hoy si no somos capaces de cortar su expansión.
Ahora, sí, ahora el presidente se ha decidido a actuar y lo ha hecho como un Creso echando millones al horno: 14.000 millones de euros de moratoria de pago de impuestos a Pymes y autónomos, a los que se añadirán 400 millones a empresas turísticas.
Transferir a las CC.AA. cien millones para reforzar su Sanidad y 2.800 millones a su Seguridad Social que, entre otras cosas, cubrirá el 75% de los sueldos por bajas causadas por la enfermedad. Desconvocar todo tipo de manifestaciones, así como partidos de fútbol por dos semanas, como las sesiones del Congresos (lo que le vendrá muy bien al no tener que contestar a preguntas inoportunas). Más algunas otras.
¿Cómo va a pagarse si estamos en números rojos y lo que pueda venir de Bruselas no llega ni para empezar? Pero de eso, ni palabra. ¿No les recuerda una situación anterior? Cuando el gobierno Zapatero, después de haber dicho solemne y repetidamente que la crisis de 2008 no nos afectaría, se encontró al borde del abismo y se puso a gastar el poco dinero de reserva que quedaba en rotondas, sin el menor resultado?
Alguna vez les he dicho que Sánchez es un Zapatero corregido y aumentado. Temo no haberme equivocado.
José María Carrascal
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