No hay mal que cien años dure, exceptuando el odio de los perdedores del 36 que parecía muerto, pero estaba de parranda en la transición y ha vuelto con más fuerza que nunca con Zapatero y Sánchez, dos de los presidentes más vacuos y perniciosos de la historia. En medio Rajoy no se atrevió a derogar la inicua ley de la memoria histérica de los chequistas. El odio a Franco es eterno, pues representa todo lo que ellos odian.
Hace muchos años que no tomo las uvas, pues no soy supersticioso, pero este año se me ha atragantado el cava aragonés, no catalán, para dar la bienvenida al año al tener al “doctor” Sánchez a punto de malgobernar España de la mano del populismo bolivariano y de un partido golpista. En ese trance hace que suene a broma macabra decir Feliz Año Nuevo, pero vamos a intentarlo.
Se avecinan tiempos recios y se cierne un sombrío panorama en el horizonte español. La sombra de Chávez es muy alargada y el espíritu revolucionario vuelve a estar “maduro”. Desear un próspero 2020 gobernando un PSOE podemizado es una contradicción in terminis, pues se espera una subida de impuestos para echarse a temblar, un hachazo fiscal que paraliza la sangre del españolito medio.
Debemos afrontar el año que empieza con valentía y buen ánimo, pero sabiendo perfectamente la realidad en la que vivimos. Es importante no dar un paso atrás y no claudicar, no dejarse avasallar por la dictadura del Frente Popular que está al llegar. Desde El Correo de Madrid seguiremos defendiendo los intereses y los grandes ideales de la España nacional, que ciertamente van a ser atacados con saña.
2019 fue un año de ignominia, en donde se consumó la vil profanación de los restos de nuestro glorioso Caudillo, aprobada por todos los partidos entonces del Congreso, excepto la abstención del PP, tan insuficiente como bochornosa.
Una profanación a un hijo predilecto de la Iglesia sin que hubiese un sólo obispo con la valentía de denunciar este rastrero acto. El hecho ha aumentado la gran desafección del pueblo español con la jerarquía eclesiástica y un buen numero de españoles dejarán de poner la X en el casillero destinado a la Iglesia.
La profanación no es el fin de una época, sino el comienzo de una era siniestra, en donde van a seguir demoliendo poco a poco el Valle y lo que simboliza, hasta dinamitar la misma cruz. Se avecinan tiempos de persecución para los medios patriotas que seremos mirados con lupa con una censura cada vez más descarada y feroz.
Vamos hacia un gran referéndum nacional, que bajo el pretexto de reformar la constitución, quiere volar por los aires la unidad de la nación y la misma monarquía. Se espera el indulto para los golpistas, así como la liberación de los presos de ETA y una serie de medidas inicuas que da pánico solo pensar.
Se vienen encima un sinfín de leyes abyectas contra la ley natural y contra la verdad de la historia. De momento ya van a suprimir a la Guardia Civil de las carreteras de Navarra. Detalles que pasan desapercibidos, pero son vergonzosas y graves claudicaciones.
A pesar de todo lo enumerado deseo de corazón a los lectores de El Correo de Madrid un muy feliz Año 2020 y salud de alma y de cuerpo. Los españoles hemos superado momentos muy difíciles y ahora tenemos la ocasión de demostrar nuestro valor y la defensa inquebrantable de nuestros principios
Javier Navascués ( el Correo de Madrid )
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