Bruselas ha puesto como fecha límite el 31 de octubre para que el Gobierno presente el plan presupuestario con el que prevé cumplir el déficit el año que viene.
Pedro Sánchez y María Jesús Montero.
Pedro Sánchez trabaja en una subida de impuestos para 2020. Pero el mayor contratiempo es que tendrá que anunciarla a tan solo diez días de las elecciones generales por imposición de Bruselas. En Moncloa asumen que esa circunstancia va a desgastar al PSOE en plena campaña electoral.
En la Comisión Europea no se pasa por alto que Sánchez se acaba de comprometer a subir las pensiones de 2020 en diciembre, de acuerdo con la inflación, aunque para entonces continúe en funciones. La promesa -un guiño dirigido a nueve millones de jubilados-, se produce a un mes del 10-N.
El presidente anunció también este lunes 35 medidas sociales más como anticipo de su programa electoral.
El presidente anunció también este lunes 35 medidas sociales más como anticipo de su programa electoral.
Tras las pensiones, la segunda gran promesa del PSOE es subir de nuevo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) -tras el incremento del 22% de este año- hasta situarlo al final de la legislatura en el 60% del salario medio, según lo establecido en la Carta Social Europea (unos 1.200 euros anuales).
Sin embargo, Pedro Sánchez ha pasado de puntillas por las subidas de impuestos que debe afrontar dentro del giro que ha protagonizado en los últimos días, que incluye un cambio de tono con el independentismo catalán.
Por el momento, el PSOE ha evitado, en el escueto documento de apenas nueve páginas presentado este lunes, casi cualquier referencia explícita a las subidas de impuestos en las que está trabajando desde hace unos meses.
Tan solo hay una mención a una “fiscalidad justa”, con “más progresividad”, que inmediatamente se diluye con el objetivo de proseguir con el proceso de reducción del déficit y la deuda pública, que se encuentran entre los más elevados de Europa.
Sin embargo, fuentes de la cúpula económica del Gobierno han admitido a Confidencial Digital que Pedro Sánchez no podrá ocultar esta vez la subida de impuestos hasta después de las elecciones, como hizo en los comicios del pasado 28 de abril.
Entonces, el Ejecutivo pudo aprovechar el límite del 30 de abril establecido por Bruselas para remitir la actualización del Programa de Estabilidad Financiera 2019-2022.
Así las cosas, Sánchez obvió durante la campaña el aumento de la presión fiscal y comunicó a la Unión Europea, dos días después de ganar las generales, un incremento de la recaudación de 26.000 millones de euros acumulados en los próximos cuatro años.
Detalló que los ingresos procederían del aumento de la presión fiscal (entendida como ingresos públicos en porcentaje del PIB), que pasaría del 38,9% del 2018 al 40,7% en 2022.
Las críticas no se hicieron esperar. “Sablazo intolerable a las clases medias”, “escándalo” o “fraude” fueron algunos de los calificativos empleados por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que censuraba que Sánchez lo hubiera “ocultado” para no perder votos el 28-A.
Pablo Casado también se unió a los reproches por la “subida de impuestos de 26.000 millones en los próximos años” y reclamó “explicaciones inmediatas”.
Pero el escenario será esta vez totalmente distinto. No habrá flexibilidad por parte de Bruselas y el Gobierno tendrá que retratarse antes de final de mes, según ha podido confirmar a ECD por fuentes comunitarias.
Deberá remitir a la Comisión Europea el plan presupuestario de 2020, pese a encontrarse en funciones, con el que prevé cumplir con el déficit autorizado por la UE para el año que viene.
Hacienda incluirá buena parte de las medidas recogidas en el proyecto de Presupuestos para 2019, que finalmente no salió adelante, así como las cifras macroeconómicas y la previsión de ingresos y gastos acorde con las medidas fiscales previstas.
El envío del borrador presupuestario a la Comisión Europea se producirá después de que el documento reciba el aval del Consejo de Ministros. En todo caso, el Ejecutivo es consciente de que la fecha límite para aprobarlo está fijada diez días antes de las elecciones.
Fuentes conocedoras de las cifras que se perfilan estos días en el Ministerio de Hacienda explican a ECD que el Gobierno tiene previsto detallar su hoja de ruta en materia fiscal en esa comunicación oficial a Bruselas, donde reconocerá ya una subida de impuestos de casi 6.000 millones de euros para el próximo año.
Pese a ello, en el anticipo del programa socialista de cara al 10-N, que acaba de presentar el propio Sánchez tan solo figura un nuevo impuesto verde sobre el dióxido de carbono.
Han desaparecido, al menos de forma explícita, las ocho subidas de impuestos anunciadas en su propuesta abierta para un programa común progresista -con la que buscaba el apoyo de Unidas Podemos a un Gobierno socialista- a principios de septiembre.
En aquel momento, el PSOE proponía un tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades de las grandes empresas, un subida del IRPF a las rentas altas, crear la ‘tasa Tobin’ (sobre las transacciones financieras) la ‘tasa Google’ (sobre las grandes plataformas digitales), y la puesta en marcha de impuestos verdes. Unos tributos que, con toda seguridad, volverá a incluir ahora en el plan presupuestario para 2020.
ECD
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