miércoles, 30 de enero de 2019

” MÁS TRAICIÓN ” Y MENOS MANSI

Cuando en la mañana, histórica como todas, elegida por Errejón para comunicarle a Iglesias que Carmena y él le habían ahorcado el seis doble, salió de su baja materno-paternal el Marqués de Galapagar para anunciar que los dos únicos que en Podemos pueden se iban a presentar contra él en la Comunidad, pero no en el Ayuntamiento, porque “Íñigo no es Manuela”, todos auguraron una bonita guerra civil en la horda podemita.
Perspectiva mejorada con la ingeniosa página Más traición, dedicada a Errejón. Lo que me sorprendió fue la incongruencia de que Pablo presentara a Podemos en Las Rozas y Galapagar y no en Vallecas, que para él era una especie de Canaán proletario, en donde desayunaba salmorejo y veía Novecento hasta el momento del Asalto a los Cielos, forma fina de denominar una matanza a lo Paracuellos o un golpe de Estado como el primero de Chávez contra el Gobierno legítimo de Carlos Andrés Pérez.
La incongruencia retrataba la debilidad política de Pablo y la rabieta cósmica de Ulianov y Nadezhda en su mansión de La Navata, que, gracias a Marlaska, tiene ya hasta un pequeño “cuartelillo” de la Guardia Civil. Pero si el Macho Alfa de la manada morada dejaba de conciliar, mandaba a casa a Irina, y se aprestaba a luchar contra el escuincle, debía hacerlo hasta el final, presentando candidaturas de su partido en todas partes. O uno u otro.
También en ese caso lo tienen mal Vladimir y quotidie y yo creía que se tomarían un año sabático electoral dejándole el partido a Errejón, para no entorpecer la lucha contra Franco. Si Vox vuelca a la derecha las elecciones en Madrid se hundiría el tinglado de Carmena, que ya ha dicho que no se quedará en la Oposición.
Y Pablenin volvería como Mao o Lenin en Zimmerwald, a luchar contra el reformismo burgués de su antiguo pupilo y rehaciendo Podemos o el Partido Comunista de los Pueblos de España (reconstituido). Errejón no lo tiene fácil: debe facilitar al PSOE la Comunidad y a Cs el Ayuntamiento.
Pero ayer errejonistas pablistas, con la Abuelita Lobo a la cabeza, votaron en favor de la tiranía de Maduro en Madrid. Y así, le están poniendo muy difícil a Rivera la fechoría del cordón sanitario contra Abascal.
Al final, la hipoteca de Caracas va a pesar tanto como la de La Navata. En realidad, ninguna de las dos la pagarán del todo nunca.


Federico Jiménez LoSantos ( El Mundo )
viñeta de Linda Galmor

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