El Ejecutivo de Pedro Sánchez utilizó entonces todo un despliegue de medios aéreos: el presidente se trasladó de La Moncloa a la base de Torrejón de Ardoz en helicóptero y después tomó el Falcon hacia la capital hispalense. Los ministros, por su parte, emplearon un Airbus A310. Finalizado el Consejo, todos regresaron a Madrid. La Moncloa justificó el empleo de esos medios en razones de seguridad, como ya ocurrió en anteriores ocasiones. Por ejemplo, en el polémico desplazamiento de Sánchez al Festival Internacional de Benicássim (FIB), a una boda en La Rioja o la cumbre hispano-lusa en Valladolid.
En anteriores ocasiones, el Ejecutivo había aludido al “secreto oficial” para esquivar cualquier contestación sobre el asunto. En concreto, las respuestas otorgadas a preguntas de la oposición tenían como común denominador que la información relativa a “los informes y datos estadísticos sobre movimiento de fuerzas, buques o aeronaves militares” estarían amparados, en opinión del Gobierno, por la Ley de Secretos Oficiales, de 1968.
“Avión oficial de Defensa”
La pregunta se remitió al ministerio de la Presidencia. En su respuesta, el Portal de Transparencia del Gobierno determina que “el viaje no supuso gasto alguno, ya que viajó con el resto del Gobierno en avión oficial facilitado por el ministerio de Defensa”. Con esa respuesta, se evita facilitar el coste del viaje, sostenido por fondos públicos, atribuyéndolo íntegramente al departamento que dirige Margarita Robles.
Recientemente, el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, emitía una resolución en la que insta al Ejecutivo de Pedro Sánchez a revelar la información sobre su viaje a Castellón, donde asistió a un concierto de The Killers. Para el desplazamiento, Sánchez utilizó el avión presidencial Falcon, que realizó dos viajes de ida y vuelta para llevar y recoger al presidente del Gobierno. El Gobierno socialista no ofreció datos sobre el coste del viaje amparándose en que se trataba de “información clasificada”.
Sin embargo, el Consejo estima -en respuesta a una reclamación del asesor del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia, Luis Salom– que el Gobierno está obligado a facilitar el coste del desplazamiento del presidente y sus acompañantes, incluido el coste de apertura del aeropuerto de Castellón.
“En ningún caso se solicita información sobre personas acompañantes (escoltas, familiares, amigos…), ni datos relativos al dispositivo de seguridad, ni sobre el trayecto realizado por el Falcon o coches oficiales”, precisaba el solicitante. Según Transparencia, dicha información no constituye materia reservada por la ley, al no afectar al dispositivo de seguridad.
La última polémica afecta a los viajes previstos por Sánchez y su familia durante estas vacaciones navideñas.
Como reveló OKDIARIO, el coste de los desplazamientos en Falcon superaría los 55.000 euros. El jefe del Ejecutivo ha planificado dos semanas de vacaciones con su mujer, Begoña Gómez, y sus dos hijas, que se repartirá entre la finca de Las Marismillas, residencia presidencial de veraneo ubicada en el Parque Nacional de Doñana (Huelva) y el palacio de La Mareta (Lanzarote).
El cálculo se basa en la cifra de 5.600 euros por hora de vuelo que se ha dado por el momento como oficial, y que no ha sido desmentida por el Ejecutivo. La distancia entre todos los puntos de las vacaciones navideñas del presidente y su familia es de unos 4.000 kilómetros, lo que equivale a unas diez u once horas de vuelo. Ello, sin contar con el gasto de combustible que suponen los despegues y aterrizajes, y que elevarían aún más esta cifra.
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