Barones y miembros de la vieja guardia arremeten contra Sánchez y le reprochan que su paso adelante retrotrae al PSOE al trágico Comité Federal de octubre.
La «hoja de ruta» de la gestora que dirige el partido, de Susana Díaz, de ese barón y de otros, hasta de toda la vieja guardia empezando por Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y terminando en Alfredo Pérez Rubalcaba, preveía que el PSOE hoy ya habría pasado página. Pues no sólo no ha pasado página sino que el sábado en Dos Hermanas (Sevilla) se retrotrajo al momento político de aquel infausto Comité Federal del uno de octubre.
«Lo que ha hecho Pedro y, sobre todo, cómo lo ha formulado (el “conmigo o contra mí”) anula toda la oposición útil que queramos hacer:la subida del Salario Mínimo, las cláusulas suelo, el recibo de la luz… nada. Los periodistas ahora nos preguntaréis por Pedro, por Patxi y por Susana, en bucle», admite un diputado muy importante dentro de la actual dirección interina de Ferraz.
Susanistas, antisusanistas y mediopensionistas, que de todo hay en el PSOE, habían especulado con su candidatura, pero, en el fondo, con la boca pequeña. De alguna manera confiaban en que, al final, no se produjera un «choque de trenes» del que abomina Guillermo Fernández Vara. Esperaban que el «sentido común» y la «púrpura» de todo exsecretario general del PSOE se impondría en Sánchez y éste no actuaría «con las tripas». Así se lo pidieron Emiliano García-Page y otros. El último en hacerlo fue quien va a ser su rival, Patxi López, este sábado en entrevista con ABC pocas horas antes del histórico anuncio de Dos Hermanas.
El exlendakari, que permaneció junto a él hasta el uno de octubre y luego rompió amarras, hoy comparte con Díaz y el resto que hay códigos no escritos de «colectivo» –en referencia a los argumentos del barón que inicia está crónica–, que ningún exsecretario general puede ni debe saltarse.
Para empezar, Sánchez estableció en su mitin de Dos Hermanas un campo de juego en el que solo hay dos contendientes: él y la andaluza, casi «su obsesión», coinciden muchos. Patxi López no existe. El objetivo es nítido, agrupar en torno a sí todo el antisusanismo, que en las bases es «brutal», avisan fuentes próximas al exlendakari.
Pero la incertidumbre se ha instalado tanto en Ferraz como en esos cuarteles generales autonómicos: ¿Cómo gestionar una victoria que ya no será arrasadora? Y, sobre todo: ¿Apoyará unánimemente el PSOE andaluz el salto de Susana Díaz, sabiendo que si pierde pone en riesgo el principal poder autonómico del partido y 30.000 millones de presupuesto?
ABC
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