En La Razón de hoy.
Con los pactos del presidente «okupa» con el marqués de Galapagar, los etarras de Bildu, los separatistas de Torra y los carrozas de Garzón, a muchos, millones de españoles, nos están señalando el camino hacia las checas.
García Atadell resucitado, Carrillo de nuevo enviando camiones repletos de presos a Paracuellos. Lo que escribo no es de derechas, ni de extremas derechas ni de extremas extremas derechas como dice la reprobada y tan campante ministra de Justicia. Lo que escribo es un apunte social que puede formar parte de la realidad en muy poco tiempo.
En España, al día de hoy, gobierna el estalinismo, porque a Sánchez sólo le interesa mantener sus privilegios y sus helicópteros. Los presupuestos son bolivarianos, el aumento de los impuestos es bolivariano y el odio hacia todo lo que signifique la libertad, es bolivariano.
Y los bolivarianos asesinan a los presos, han llevado a la ruina a una de las naciones más ricas del mundo, han roto su Constitución, han armado a la población civil que está – todavía- cegada de odio y resentimiento y han establecido un régimen narcoterrorista que financia, entre otros, a los que han diseñado los presupuestos de España.
Aquí no hay fantasía, ni mala intención, sino evidencias. Podemos está al lado de los separatistas y los etarras, y Sánchez lo acepta porque ya no puede vivir sin helicóptero para asistir a sus conciertos con Begoña. La cadena pública de televisión, TVE, ha guillotinado la libertad y la independencia de sus periodistas libres e independientes, y una comisaria soviética cuyo único mérito ha sido leer bien lo que escribían otros, ha cumplido a rajatabla las órdenes de Podemos. Ciegos están los empresarios privados que siguen regalando a Pablo Iglesias y los adoradores de las checas horas y horas de propaganda en sus cadenas de televisión.
Los primeros en ingresar en las checas serán ellos, desconocedores de la gélida ingratitud del estalinismo. Aquí no hay fantasía ni mala intención, sino evidencias. Se ha puesto en discusión la unidad de España, la Corona y la Constitución que nos dimos los españoles con abrumadora mayoría para recuperar la libertad. Los delincuentes han tomado las calles y golpean a los ciudadanos que no aceptan su dictadura.
No estamos del todo perdidos, pero la sociedad tiene que reaccionar si no desea que sus hombres y mujeres cubran el camino hacia las checas de Maduro, el financiador de Pablo Iglesias, Monedero y demás farsantes del estalinismo. Sánchez no es su problema sino el payaso que les hace reir a cambio de mantenerlo en el helicóptero, en la Moncloa y en el desacato a nuestras instituciones parlamentarias. Aquí no hay fantasía ni mala intención, sino evidencias.
Ya no son exclusivamente Irán y Venezuela los financiadores del estalinismo y la ruptura de la democracia en España. Por ahí vuelan los millones del siniestro Soros, el primer visitante a La Moncloa después del golpe de Sánchez. Son miles de millones de dólares invertidos en el gran negocio de la descomposición de la sociedad para componerla posteriormente a su antojo.
El comunismo ha dejado de ser obrero para convertirse en el instrumento del peor capitalismo. España se está devastando, y eso no es fantasía ni mala intención, sino evidencia.
No tenemos un Gobierno débil por la catadura y hechos de su presidente y sus ministros. Ese Gobierno no existe. Se mantiene como un dibujo para simular el engaño. En España gobierna Soros y Pablo Iglesias, no los saltimbanquis, mentirosos y traidorzuelos que se sientan en la mesa del Consejo de Ministros. Ellos se limitan a cumplir, con precisión y chulería, lo que les dictan los auténticos poderes, los que reparten los millones de dólares, los que buscan la podredumbre de todos para multiplicar por diez la riqueza de unos pocos. Y esto que escribo no es fantasía ni mala intención, sino evidencia.
Ya están empedrando los caminos hacia las checas.
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