El partido de Abascal lleva la acusación particular contra los golpistas
Ayer el vicepresidente de la hipersubvencionada asociación separatista Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ofreció unas muy reveladoras declaraciones a la emisora de radio catalana RAC1.
Como ya sabéis, el presidente de esa asociación, Jordi Cuixart, es uno de los dirigentes separatistas en prisión preventiva por un presunto delito de sedición como consecuencia de su participación en el acoso violento a agentes de la Guardia Civil y a una secretaria judicial el 20 de septiembre de 2017 en Barcelona, unos hechos que se saldaron con varios vehículos de la Guardia Civil completamente destrozados y saqueados por parte de las turbas separatistas convocadas por Òmnium y por la ANC. Se da la circunstancia de que Vox ha actuado como acusación particular en el proceso judicial contra Cuixart y contra Jordi Sánchez, presidente de la ANC.
Òmnium apela al PSOE mencionando a la “la extrema derecha de Vox”
La entrevista a Marcel Mauri se puede escuchar aquí. En el minuto 3:23, Mauri demuestra su curiosa idea de la independencia judicial instando al Gobierno español a presionar a la Fiscalía para que retire la acusación contra los separatistas presos: “ha de decidir si quiere seguir manteniendo estas acusaciones falsas o si quiere instar la Fiscalía y la Abogacía General del Estado a retirar estas acusaciones que no se aguantan por ninguna parte”. A continuación, el dirigente de Òmnium habla de la “paradoja” de que el PSOE vaya de la mano de “la extrema derecha de Vox”. No es la primera petición del separatismo a su amigo Sánchez para que eche abajo esa investigación judicial. Como recordaréis, el pasado mes de julio el abogado de Puigdemont pidió al Gobierno “desactivar a Vox” para detener esa causa judicial. Cómo pretende hacerlo es todavía un misterio, aunque conociendo los métodos del separatismo catalán, podemos hacernos una ligera idea.
Vox: un aguafiestas sobre el que Sánchez no tiene ningún control
Que Òmnium presione al PSOE agitando el fantasma de una supuesta extrema derecha no deja de ser una mera función teatral. Recordemos que fueron los socialistas los que le dieron la utilidad pública a Òmnium, además de regarles con 6,55 millones de euros en subvenciones durante el mandato del socialista José Montilla en la Generalidad. Hace unos meses, los partidos que apoyaron el golpe separatista en Cataluña respaldaron la moción de censura que llevó a Sánchez a La Moncloa. Con su petición de ayer, Òmnium no hace más que intentar continuar con el intercambio de favores entre socialistas y separatistas. Lo que no imaginaban unos y otros es que entraría un elemento incómodo en escena: Vox. El partido de Santiago Abascal se ha convertido en el aguafiestas de las componendas entre el PSOE y los separatistas. Sánchez no tiene ningún control sobre Vox, y Vox no ha querido doblegarse a ninguna de las presiones y amenazas veladas que ha recibido. Si Sánchez pretendiese ilegalizarlo para hacerles un favor a los separatistas, la cacicada sería tan colosal que las expectativas electorales de Vox subirían a la velocidad de un cohete.
Un quebradero de cabeza que podría ir a más
Es divertido escuchar al dirigente de Òmnium agitando el miedo del separatismo a Vox para presionar al Gobierno. Hace un año el separatismo no se imaginaba hasta qué punto un partido sin representación parlamentaria y con escasos recursos le acarrería tantos quebraderos de cabeza. Unos quebraderos que también afectan a los socialistas, que ven peligrar el apoyo de sus socios separatistas a causa de ese proceso judicial. Y esto no ha hecho más que empezar. Basta con ver los éxitos de asistencia que está consiguiendo Vox en distintos puntos de España y las encuestas que ya pronostican que podría obtener representación en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo. Ayer mismo, un periódico muy afín al PSOE pedía la ayuda de liberales y conservadores para frenar a la “ultraderecha”, palabreja que -paradójicamente- ha venido usando ese periódico para referirse durante años a liberales y conservadores… El editorial no mencionaba a Vox, pero no cuesta imaginar el nerviosismo en ese y otros medios ante la perspectiva de que en las instituciones entre con fuerza una derecha valiente y sin complejos. Un nerviosismo que comparten, seguramente, los separatistas y sus portamaletas del PSOE.
—
(Foto: Vox. Imagen del mitin celebrado por Vox en Barcelona el pasado 3 de junio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario