sábado, 18 de noviembre de 2017

Tres preguntas que deshacen la estrategia de defensa del ‘creyente’ Oriol Junqueras

Usó su coherencia como católico como argumento en la Audiencia Nacional

 

     
 Ayer el diario Abc señala que en las actas de su declaración ante la juez Lamela, el exvicepresidente del gobierno catalán decidió usar sus creencias como argumento de defensa.
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Concretamente, Junqueras dijo que no había participado ni promovido actos violentos en el proceso independentista, bajo la premisa de que como es “creyente”, la violencia va contra sus principios. Por supuesto, la conciencia de una persona es algo muy personal, pero en el caso de un político, las creencias religiosas tienen una innegable proyección pública. Un político que actúa en contra de sus principios morales -o al menos de los que se le presuponen como cristiano- está siendo incoherente. Y precisamente ahí está el problema de la estrategia de defensa de Junqueras, puesto que apela a su coherencia como creyente.
Y es que, por si alguien no lo sabe, don Oriol es presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), un partido de ultraizquierda conocido por su abierta oposición a los valores cristianos. De hecho, bastan tres preguntas para echar por tierra la estrategia de defensa de don Oriol:
  1. Si el señor Junqueras es cristiano, ¿por qué preside un partido, ERC, cuyo portavoz parlamentario afirmó desde la tribuna del Congreso que “Rouco Varela es el demonio”, en referencia al anterior arzobispo de Madrid?
En fin, señor Junqueras, usted será católico, pero eso no le libra de ser un incoherente. Y en este sentido, resulta muy hipócrita esgrimir su coherencia como creyente como argumento de defensa después de haber demostrado tantas veces su incoherencia como tal en el ejercicio de su actividad política. Dicho sea de paso, podríamos añadir una cuarta pregunta: ¿con qué cara presume de coherencia como creyente después de haber colaborado, de forma pública y notoria, en un golpe separatista para romper España? Un buen católico, señor Junqueras, no puede saltarse a la torera las leyes y las sentencias judiciales con el objetivo de suspender la vigencia de la Constitución en Cataluña y de usurpar la soberanía nacional al pueblo español, en aras de un nacionalismo excluyente y totalitario. Léase usted a San Juan Pablo II ahora que tiene tiempo en la cárcel.

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