La lista de personal eventual de la Generalitat, objeto prioritario de las medidas del 155, ha dejado al descubierto los elevados sueldos del núcleo de confianza de Puigdemont y sus consellers.
La lista incluye desde directores de organismos públicos, asesores, jefes de prensa y secretarios, a cargos más específicos como el del responsable de la residencia del president. Un puesto que tiene asignado un sueldo de 44.167,76 euros anuales.
En la práctica, esta figura ejerce como ‘mayordomo’, ocupándose de la organización de la Casa de los Canónigos, una vivienda ubicada en el mismo Palau de la Generalitat, y residencia oficial del jefe de la Generalitat, aunque en realidad, solo Macià, Companys y Tarradellas fueron sus inquilinos.
Desde que Pujol rechazó vivir en ella, ninguno de sus sucesores la ha utilizado como vivienda habitual, a pesar de su excelente ubicación, en pleno Barrio Gótico de Barcelona.
Puigdemont, que tras ser nombrado presidente siguió residiendo en su casa de Sant Julià de Ramis (Gerona), ha hecho uso de ella de manera esporádica. Sobre todo, en períodos de vacaciones o en días en que, por cuestiones de agenda, se veía obligado a quedarse en la ciudad.
En las últimas semanas, sin embargo, y coincidiendo con los momentos más tensos del procés, el president ahora destituido la convirtió en su ‘cuartel’, blindándose además con un dispositivo de agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI).
Siempre a punto
Reciba o no la visita del president, la Casa de los Canónigos siempre está a punto. Cuenta con una nómina de una decena de empleados de servicio, limpieza o cocina, preparados para cualquier visita de última hora. Y todo, bajo las órdenes del responsable de la Casa, que da instrucciones para que todo esté impecable: dispone que el menú esté a gusto de los invitados o que las estancias de trabajo se mantengan a buen recaudo.
La vivienda tiene unos 500 metros cuadrados, distribuidos en varias estancias. Una, en la que el president puede trabajar en sus asuntos ordinarios, con despacho y salones para las reuniones. La otra, privada, cuenta incluso con suite presidencial.
La Casa fue residencia de los canónigos a partir del siglo XIV, tras abandonar la clausura y reformada en los años veinte, de cuando data el popular puente que la conecta con el Palau.
Entre sus muros atesora una buena parte de la historia catalana, y también anécdotas, como el famosísimo baño de espejos, idea de María Teresa Salisachs, esposa del presidente Juan Antonio Samaranch.
Incluso se cuenta que Artur Mas la utilizó, ya bajo mandato de Puigdemont, para despachar con distintos dirigentes independentistas, lo que provocó los recelos del ahora expresident.
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