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Núria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet.
Lo peor que le puede pasar a la clase política y gobernante es no saber quiénes son sus votantes, luchar por sus necesidades, saber lo que quieren y estar a su lado o un paso por delante, cuando acuden a una manifestación que ellos consideran justa, porque se han vulnerados sus derechos y su dignidad como personas y colectivo que piensa y siente en plural. Dejarlos solos, es indigno, un acto cobarde y de una insolidaridad impropia de los que ocupan cargos institucionales votados precisamente por esas gentes a las que han dejado solas.
Este domingo, en la cabecera de la manifestación de la parte de la ciudadanía que ha visto vulnerados sus derechos, no se ha visto a dos mujeres: Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ambigua donde las haya y Nuria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, y política desubicada y mal aconsejada.
Colau, que no ha tenido inconveniente en prestarse al juego de los independentistas, ha menospreciado- gesto aprendido de ellos - a una buena parte de sus votantes y ciudadanos que si estaban presentes en la manifestación. Tratar a todos los asistentes a la concentración como fachas, es como escupir al cielo y no darse cuenta que le puede caer encima.
Nuria Parlón la que no sabe dónde está, quien le vota y dónde quiere llegar, con tanta empanada mental que le caracteriza tampoco se dignó a “presentarse” a acompañar a esas gentes que han salido a la calle para decir que “Catalunya somos todos “. Ni una sola línea, ni referencia a la manifestación ni en su twitter, ni en el del PSC local. Tampoco ninguna palabra de condena a lo sucedido en el Parlament y la declaración ilegal de la DUI. Silencios muy significativos.
Dicen que la mejor defensa es un ataque y así lo ha hecho Colau cuando se ha mostrado molesta y ha criticado la presencia de representantes del PSC al lado del PP. La democracia también es respetar a los ciudadanos que han elegido en urnas opciones políticas alejadas de las ideas de uno. Lo otro es puro sectarismo por no decir otra cosa.
Las alcaldesas deben ser de toda la ciudadanía, no solo de una parte la que se les da el apoyo, se les considera demócratas y eso , a la vista está, que excluye a los “fachas españoles” que llevan la bandera de España, como si eso fuera un delito. Pero se equivocan ambas. El domingo, la senyera, bandera oficial de Catalunya, desde siempre, ha sido recuperada por unos ciudadanos del baúl de los recuerdos donde los nuevos revolucionarios la habían relegado. Los sentimientos tienen tanta capacidad que se puede ser catalán, español y europeo, sin que una opción excluya a la otra, ni que todos sean de la extrema derecha, que es como simplifican los que llevan orejeras.
Colau, Parlón, otra vez más os habéis equivocado gravemente. Hay que estar con todos los ciudadanos y además, nunca debe olvidarse quiénes son tus electores, cual es el modelo territorial de tu partido y una cosa que se llama tener sentido de servicio a toda la ciudadanía.
Decía el poeta Miguel Hernández que “Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde”.
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