En tono imperativo, exige tener menos hijos en pleno invierno demográfico
Un diario progresista señala a las familias con hijos como responsables del cambio climático
Un diario que propuso el aborto como remedio contra el paro en España
El medio en cuestión es el diario español El País, el periódico de mayor tirada de España, que mantiene una línea editorial marcadamente progresista y es propiedad del influyente Grupo PRISA. Como recordaréis, en 2014 ese diario hizo de altavoz del biólogo estadounidense Paul Ehrlich, un tipo que propone el aborto como remedio contra el desempleo en España: “Piense en España. Tiene un 20% de paro. Con un 20% menos de pobalción vivirían mucho mejor”, declaró Ehrlich desde las páginas de El País sin que el diario le pusiese ninguna objeción.
Ordena tener menos hijos para luchar contra el cambio climático
Ayer El País volvía a la carga ventilando un esperpéntico estudio sobre el cambio climático, titulándolo de esta forma (con hasta tres verbos en imperativo):
El diario progresista se muestra muy preocupado por el portazo del presidente de EEUU a los profetas del ecocatastrofismo, así que en esta ocasión nos ofrece una serie de recetas para luchar contra el cambio climático. Y advierte: “las más efectivas exigen grandes cambios en el estilo de vida occidental: con una dieta vegetariana, prescindiendo del coche y teniendo un hijo menos, no haría falta convencer a Trump“. Concretamente, el diario de PRISA señala que no tener hijos sería “la de mayor impacto” de todas las medidas que puede tomar una persona: “El efecto de dejar de tener un hijo casi se sale de la gráfica, reduciendo las emisiones casi en 60 tCO2. Es la estimación más original y arriesgada ya que se basa en las emisiones futuras que habría provocado ese hijo, así como las de sus hijos y los hijos de estos.” En el fondo, a El País y a sus amigos parece que les sirve cualquier excusa para convencer a alguien de que aborte, eso sí, mientras el motivo para abortar no sea evitar tener una hija, pues entonces El País habla de “genocidio” (aún no nos ha explicado por qué merece tal calificación un crimen tan horrendo cuando se hace con esa motivación y no cuando se hace por cualquier otra: ¿la víctima no es siempre un ser humano inocente e indefenso, acaso?).
En España ya sólo nace una media de 1,33 hijos por mujer
El País carga todo el grueso del alarmismo climático sobre los hijos, pero curiosamente, no aconseja dejar de comprar periódicos, un modelo de comunicación obsoleto, antiecológico y muy contaminante (su elaboración requiere enormes cantidades de papel que se obtienen de talas masivas de árboles, y su distribución precisa diariamente de una gran flota de vehículos). De hecho, España se puede permitir que desaparezcan los diarios impresos, pero no que dejen de nacer niños. Y es que en 2016 en España el índice de natalidad fue de sólo 1,33 hijos por mujer. Según informaba el propio diario de PRISA en junio del año pasado, ya mueren más españoles de los que nacen. Hemos iniciado un suicidio demográfico, cuyas consecuencias serán mucho peores que la mera quiebra del actual sistema de pensiones públicas.
¿Qué pasará si España no resuelve su escasa natalidad?
Hay una premisa que los apóstoles del suicidio demográfico insisten en ignorar: toda economía necesita capital humano para poder prosperar. Sin niños vamos directos a la ruina más absoluta. Para que nos hagamos una idea, en 2013 España tenía una tasa de dependencia del 51% (es decir, que por cada 100 habitantes ya había 51 que eran menores de 16 años o mayores de 64 y dependían de los 49 restantes para subsistir). Por entonces ya soportábamos un esfuerzo fiscal del 40%. Cuanta menos población activa y cuanta más población dependiente haya, mayor será el expolio fiscal. En 2010 el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó unas previsiones según las cuales la tasa de dependencia de España en 2049 será del 89,6%. Es decir, que la economía española consistirá en una población activa muy reducida, que sufrirá una presión fiscal insorportable para sostener a una enorme población dependiente. De cumplirse estas previsiones, España será un país al que no quieran venir ni los inmigrantes más desesperados, a menos que se les obligue a trabajar y a cotizar sin poder disfrutar de ningún servicio público, lo cual sería rozar la esclavitud.
¿Sustituir la falta de nacimientos por inmigración islámica?
Nuestros políticos ya debería estar tomando medidas para fomentar la natalidad en España, y no precisamente en el terreno de las ayudas públicas (éste no es un problema que se resuelve a base de subsidios). España necesita un cambio cultural que apueste por fomentar la natalidad en el marco de la estabilidad familiar. Eso es incompatible con seguir promoviendo una concepción de la familia como si fuese una mera unión sexual o sentimental, para cuya ruptura se dan todo tipo de facilidades legales. Como bien señaló hace poco el profesor Francisco José Contreras, la estabilidad familiar es uno de “los presupuestos necesarios para la sostenibilidad de una sociedad libre”. Es poco realista pensar en un futuro próspero sin poner remedio a la grave crisis de valores que sufre nuestra sociedad. Hacen falta políticos valientes -y también periodistas valientes- para hacer frente a esa decadencia moral. Lo de El País ya no es cobardía: promueve una ideología empeñada en ajustar la realidad a martillazos para adaptarla a sus falsas premisas, y le importa un pimiento que sus dictados estén llevando a nuestra sociedad por muy malos derroteros. Me pregunto hasta qué punto El País quiere contribuir al suicidio colectivo de Occidente para proponer la inmigración masiva como remedio de urgencia. Y no cualquier inmigración, por supuesto. La hispanoamericana, por ejemplo, comparte los mismos valores que tenemos los europeos. Es la inmigración islámica la que no comparte nuestros valores, y es la que más está propiciando el progresismo, usándola como excusa precisamente para socavar la cultura occidental y en especial el Cristianismo, al que medios como el de PRISA dirigen un odio casi enfermizo.
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