EFE Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. (EFE)
España forma parte de la Unión Europea. Y si Cataluña se independizase, creando un nuevo Estado, esto tendría consecuencias. Así lo deja ver el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una respuesta por escrito a la eurodiputada Beatriz Becerra, a la que ha tenido acceso El Confidencial. En el lenguaje técnico que a menudo se utiliza en Bruselas para vestir las cuestiones más sensibles, el presidente de la Comisión confirma la postura sentada por sus predecesores: la independencia significa salir de la UE.
“Respecto a ciertos escenarios, como el de la separación de una parte de un Estado miembro o la creación de un nuevo Estado, este no sería neutro en lo que respecta a los tratados europeos”, afirma Juncker. Dicho de otro modo, la independencia tendría consecuencias legales. Los países, en este caso España, son los que pertenecen al club comunitario. Y si se deja de formar parte de uno de ellos, se toma la puerta de salida de la Unión.
Volver a pasar el 'casting' de la adhesión
Sobre el 'procés' catalán, la Comisión Europea procura mantener un perfil medio-bajo, ya que, como recuerda Juncker, “no es su papel expresar su posición sobre cuestiones de organización interna, que están relacionados con los ajustes constitucionales de los estados miembros”. Bruselas no quiere entrar en política interna. Pero, como guardiana de los tratados europeos, sí que apunta a que estos dejarían de aplicarse en un nuevo Estado independiente.
Y lo hace de manera sutil, respaldando la conocida como 'doctrina Prodi', la que estableció en 2004 el entonces presidente de la Comisión Europea al afirmar que “una nueva región independiente, por el hecho de su independencia, se convertirá en un tercer Estado en relación a la Unión y, desde el día de su independencia, los tratados ya no serán de aplicación en su territorio”. Desde entonces, esta ha sido la línea seguida por la Comisión en este asunto.
Esto obligaría a Cataluña —o a Escocia, llegado el caso— a pasar por todo el proceso de adhesión, un 'casting' que suele durar años. Un argumento esgrimido por algunos defensores de la independencia es que, ante una situación así, la UE buscaría una manera de facilitar el retorno de los hijos pródigos a casa, con algún tipo de adhesión acelerada. Pero en su misiva, Juncker advierte de que cualquier entrada a la UE “debe estar completamente en línea con las normas y procedimientos previstos en los tratados”.
Desmontar las “mentiras” del Govern…
La eurodiputada liberal Beatriz Becerra recibió la respuesta de Juncker tras pedirle una “declaración expresa, solemne y que no admita interpretaciones” sobre la posición en la que quedaría Cataluña tras una hipotética independencia. “Esta es la respuesta de la UE a sus mentiras", ha asegurado la antigua miembro de UPyD, quien mostró su esperanza de que con ella quede “zanjado el asunto y se obligue a Puigdemont a reconocer públicamente que independizarse de España es salir de Europa inmediatamente”.
Becerra incide en que, además, la entrada de un nuevo país necesita contar con el apoyo de todos sus miembros, con lo que España tendría que dar luz verde a la entrada de una Cataluña independiente en la UE.
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