lunes, 19 de junio de 2017

Reino Unido: 23.000 yihadistas y disturbios en los barrios musulmanes



 
Reino Unido, islam, yihadistas, musulmanesLos barrios periféricos de las principales ciudades se revuelven contra la presencia policial en sus calle. El MI5 admite su incapacidad para controlar a todas las células operativas.

Cuando uno se aleja de Notting Hill y del Londres más fotografiado, la ciudad parece otra. La multiculturalidad ha sido santo y seña de la capital británica desde hace decenas de años, pero en los últimos tiempos algo ha cambiado. Distritos completos se han convertido en auténticos guetos donde la sharia es la ley que impera y la presencia policial resulta un problema incómodo. Tras el atentado de Manchester, el control sobre estos semilleros islamistas se ha recrudecido y eso no ha sentado nada bien a algunos vecinos.

Los disturbios se han sucedido durante el fin de semana y las autoridades se han mostrado incapaces de controlar la situación. Tras años de abandono, estos barrios ya no están bajo el control policial y desde algunas mezquitas oficiales, y otras muchas ilegales, se exige a los más jóvenes que actúen con incendiarios discursos contra los "infieles".


El terrorista de Manchester se aprovechó del sistema público británico, que financia la educación islámica, y vivió en esos barrios convertidos en guetos donde la sharia es la ley vigente. Numerosos documentales -incluido uno de France2 que tuvo un importante revuelo mediático- han denunciado la situación de las escuelas británicas, verdadero semillero de jóvenes yihadistas que después son moldeados en las mezquitas por imanes radicales. 

Todo ello con el beneplácito de las autoridades del país, que dejan la gestión de estos centros en manos de países como Arabia Saudí y su particular visión del islam.

Miles de yihadistas fuera de control
A nivel de seguridad, la situación es realmente preocupante. Hace unos meses el MI5 ya se declaró "incapaz" de controlar a las decenas de células terroristas activas en el país, pero la amenaza ha ido en aumento. Según una información del periódico The Times, 23.000 islamistas han sido identificados por los servicios de inteligencia como posibles terroristas, pero sólo 3.000 son vigilados a diario.

Cabe recordar que los autores de las masacres en Londres y Manchester estaban en el primer fichero, pero los responsables del MI5 consideraron que no representaban suficiente amenaza. En el caso de Salman Abedi el despropósito fue aún mayor, pues las autoridades británicas conocían sus viajes a Siria para entrar en contacto con miembros del Estado Islámico.

La incapacidad del MI5 para investigar a todas las células obliga a realizar una lista de prioridades. En esta lista se incluye a aquellos sospechosos que se cree que representan una mayor amenaza, mientras que para otros se cierra la investigación y pasan al grupo de "antiguos sujetos de interés".

Una muestra más de lo que ocurre en el Reino Unido es la llamada categoría de "riesgo residual", que ha aumentado en más de 20.000 personas desde el 2001. Tanto Abedi como el terrorista de Londres, Khalid Masood, se encontraban en esta lista.

Que el problema del islamismo va en aumento es evidente y, a regañadientes, algunos líderes de Bruselas se atreven a admitirlo. Sin embargo, los principales dirigentes permanecen con los ojos cerrados ante las labores de adoctrinamiento que se producen en su propio país y que crean el caldo de cultivo para nuevos atentados. Aunque el Estado Islámico corra raudo a reclamar cualquier ataque, la realidad es que muchas de estas células están lejos del autoproclamado califato y se valen de las cientos de mezquitas ilegales para organizarse.

El MI5 sí vigila a los que luchan contra el ISIS
Las imágenes que los medios británicos publicaban de Siria e Irak obligaron a Kimberley Taylor a tomar una decisión. Esta mujer se convirtió en la primera mujer británica que decidió viajar a Oriente Medio para combatir al Estado Islámico, un camino que muchos occidentales tomaron antes y después al ver en peligro la cultura tradicional europea.

Tras meses de combates, trincheras y mucha tensión, Taylor denunció la "persecución" que sufre su familia en el Reino Unido y advirtió de que corre el riesgo de ser procesada judicialmente a su vuelta.

En unas declaraciones para la BBC, la mujer explicó que teme "por su propia seguridad" a su regreso al Reino Unido: "No se trata de controlar amenazas terroristas, sino de asustar a las personas que quieren un cambio para el mundo y para el Reino Unido", sentenció.
Taylor, que ha venido luchando contra los yihadistas en las filas de las Unidades de Protección a las Mujeres -brazo armado del Comité Supremo Kurdo del Kurdistán sirio-, subrayó que sus padres y hermana fueron interrogados por la Policía antiterrorista británica, y que sus ordenadores portátiles y teléfonos móviles fueron confiscados y aún no han sido devueltos.

Además, la joven manifestó que las acciones de las autoridades británicas "no están justificadas en absoluto" y que simplemente "se trata de un juego político". Hace unos meses, el Gobierno británico anunció que los ciudadanos que viajaran al extranjero con el fin de tomar parte en conflictos podrían ser procesados a su regreso al Reino Unido.


Las limitaciones de la Inteligencia británica para controlar a los miles de islamistas chocan con su entrega para vigilar a las familias de aquellos que luchan contra el terrorismo en Oriente Medio.

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