Podemos quiere sacar tajada de la inestabilidad creada por el separatismo
Pablo Iglesias acepta ser el guiñol de la casta separatista para tapar la corrupción pujolista
Un desafío golpista para tapar un colosal escándalo de corrupción
El anuncio de Pablo Iglesias tiene lugar sólo 24 horas después de la operación de la Guardia Civil en la que han sido arrestados 18 miembros de la trama separatista para adjudicarse el cobro de comisiones, una práctica que se viene denunciando desde hace años. Como se publicó el año pasado, agendas de cargos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y empresarios detenidos en el caso del 3% revelaron que la cúpula del partido dirigía la trama de amaño de concursos y cobro de comisiones. Este escándalo no es el primero ni el de mayores dimensiones. Recordemos que en 2015 se supo que la familia del expresidentde catalán Jordi Pujol esconde en Panamá más de 2.400 millones de euros, una fortuna procedente del cobro de comisiones ilegales durante 35 años. Es por eso que el separatismo catalán decidió pisar a fondo el acelerador de su “construcción nacional”, metiéndose de lleno en su actual desafío rupturista. El separatismo catalán pretende tapar sus escándalos de corrupción con una agenda separatista totalmente ilegal y que está amenazando con provocar un grave enfrentamiento civil en Cataluña.
Podemos apoya al separatismo para sacar tajada de la inestabilidad política
En este miserable empeño, la casta separatista se ha topado con un tonto útil dispuesto a echarle una mano con el único fin de provocar inestabilidad política, que es el escenario de tensión, de inseguridad y de crisis que necesita Podemos para tener alguna posibilidad de remontar su progresiva pérdida de apoyos en las urnas y para remontar la grave crisis interna que sufre el partido de ultraizquierda. Pablo Iglesias ha anunciado que el próximo lunes representantes del partido morado acudirán a los juzgados a apoyar los líderes separatistas acusados por convocar un referéndum ilegal para intentar hacerse con el control de una parte de España, pasando por encima de nuestra Constitución. Es la misma casta política sobre la que se cierne el escándalo de cobro de comisiones ilegales. Pero a diferencia de otras veces, que se ha mostrado hipercrítico con los corruptos del PP -incluso negando toda muestra de respeto por Rita Barberá, sobre la que no pesaba ninguna condena judicial-, ahora el líder de Podemos se echa a los brazos de la corrupta casta separatista por puro interés partidista y en contra del interés de España y del orden constitucional que los españoles aprobaron en referéndum democrático, ese orden que él se comprometió a respetar para poder asumir su cargo de diputado en el Congreso.
El precedente del apoyo de podemos al corrupto régimen chavista
Que Pablo Iglesias apoye a unos golpistas no es nada nuevo: en su momento ya ensalzó a un golpista como Hugo Chávez. Tampoco es nuevo que salga en defensa de unos corruptos, habida cuenta de que nunca ha tenido reparos en apoyar al régimen chavista que ha convertido a Venezuela en el país con más corrupción política de Hispanoamérica. Lo que tendrá que explicar a sus seguidores es el hecho de salir en apoyo de la derecha separatista catalana, salpicada por la corrupción, por puro interés partidista y usurpando a los españoles la soberanía nacional que nos otorga la Constitución. Que Pablo Iglesias sostenga la idea de que los catalanes son los únicos que tienen algo que decir sobre Cataluña, incluso admitiendo que se pueda desgajar esa parte de España con el apoyo de la mitad más uno de los residentes en esa comunidad, es tan absurdo y manifiestamente ilegal como si mi familia y yo declaramos la independencia de nuestro piso y nos declaramos en rebeldía frente a la legalidad española.
Quieren robarnos a los españoles nuestra soberanía nacional
Con su apoyo a ese desafío golpista, Pablo Iglesias pretende robarnos a los españoles nuestro derecho a decidir sobre lo que concierne a nuestra Nación, un derecho que no es troceable. Si el líder de Podemos insiste en esta línea, entonces lo que tendrá que plantearse el Estado es que Pablo Iglesias ha cometido perjurio al asumir su cargo y está traicionando el compromiso de respetar la legalidad que asumió como diputado. Es intolerable que un político que cobra un suculento sueldo que le pagamos todos los españoles se valga de su cargo para quebrantar la legalidad constitucional, pero aún lo es más que haga eso con fines partidistas y para obtener réditos políticos del desorden, la división y el enfrentamiento civil que está sembrando en Cataluña.
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