Un 3% por aquí, unas cuentas en Andorra por allá, y un batallón de parásitos que hacen su agosto a costa del esfuerzo de los catalanes dibujan el paraíso de los independentistas.
A los del Sí por una Cataluña independiente, junts pel sí, no les importa la legalidad ni la verdad de los hechos, no les importa el sentimiento catalán más que como excusa para hablar sin decir nada durante horas. Les importa únicamente SU cartera, pero la suya, quede claro, no la de los catalanes a los que no dudarán en meter en un corralito, corralazo o corralón tan pronto como sea menester para justificar su agosto personal, a base de comisiones identitarias. (El chalé de Sumarroca, por ejemplo).
Diada 2015
El Día de Cataluña, en catalán llamado Diada, la Diada 2015, en este caso, ha sido un éxito, dicen a coro todos los expertos; esos, ya saben, de los que yo no suelo hacer mucho caso.  Pero se olvidan que tras la espectacular cifra de 1.4 millones de asistentes, hay una pérdida de 400.000 respecto del año pasado. Es decir, una pérdida del 22% de los asistentes en sólo un año. Se dice pronto. Razones para presumir de algo, supongo.
Ahora analicemos los hechos:
 
Cataluña tiene 7.5 Millones de habitantes.
De los cuales han salido a la calle 1.4 Millones.
 
No voy a pararme a analizar la representatividad de esos 1.4 sobre la totalidad. ¿Representa el 18% de la población al otro 82%? No entraré en esas consideraciones.
Pero, ¿cuánto de ese 18% estaba ahí sintiendo una nación y cuántos defendiendo su particular participación en el negocio independentista?
Háganse esta composición de lugar: Sólo los asesores de Mas, sólo los suyos, sin entrar en los de Presidencia y el resto de consejerías y organismos públicos, ni cargos municipales, sólo los de Mas valen 21.5 Millones de Euros.
Como actividad económica no está nada mal. Imaginen que cada comunidad aportase otro tanto a dicha actividad. Tendríamos en España un negocio de 365 Millones de Euros. No está nada mal, repito. Las actividades de fabricación de vehículos de dos ruedas no recaudan tanto en toda España; por ejemplo.
Así que motivos para estar ahí no faltaban. Y gente con la que montar el paripé patrio, el sentimiento nacional y todas esas excusas con las que rellenar los discursos para los tontos útiles a los que embaucar para seguir haciendo el agosto, tampoco: En Cataluña hay más de 163.000 funcionarios sólo autonómicos. No diré que todos sean independentistas, pero seguro que convendrán conmigo en que potencialmente todos ellos pueden tener serios intereses en defender el tinglado independentista.
A una media de 4 familiares por funcionario tenemos un total superior a los 652.000 asistentes. Y esto sin contar a todos los sindicatos, oenegés, y por supuesto a todo el pesebre municipal…
Así que ahora repito la pregunta: ¿Cuántos de los asistentes creen verdaderamente en el independentismo y cuántos lo utilizan como herramienta para seguir haciendo su agosto particular a costa del resto del pueblo catalán al que durante las últimas décadas han expoliado y ayudado a expoliar?