jueves, 6 de agosto de 2015

Podemos y los enchufes: el efecto de votar al que reclama más poder para los políticos

La formación de ultraizquierda abunda en el mismo nepotismo que la 'casta'

 

   
El año pasado apareció Podemos a modo de alternativa frente a la vieja política. Durante meses se han hartado de llamar “casta” a los representantes de los grandes partidos.
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Pactando con corruptos y subordinando el bien de España a sus intereses
Sin embargo, desde las pasadas Elecciones Locales y Autonómicas del 24 de mayo, Podemos no ha tenido reparos en abrazarse a parte de esa “casta”, concretamente al PSOE, a pesar de que el partido fundado por Pablo Iglesias -me refiero al ferrolano- acumula casos de corrupción cuyo importe se cuenta en miles de millones de euros. Igual que los grandes partidos, Podemos no ha tenido reparos en pactar con el nacionalismo, incluso con las marcas electorales de ETA. Siguiendo los pasos que dieron antaño el PSOE y el PP, que han subordinado tantas veces el interés y el bienestar de toda la Nación a sus intereses partidistas, Podemos ha llegado a ofrecer la ruptura de España y el derribo de nuestra Constitución como pago al apoyo electoral del nacionalismo. Al igual que la “casta” a la que tanto viene criticando, al igual que el PP y el PSOE, Podemos no tiene reparos en sacrificar el bien común para su propio beneficio. Es más de lo mismo.
Podemos y sus marcas, un medio de colocar a amigos y familiares
De igual forma que lo han hecho durante años los grandes partidos, estas últimas semanas hemos visto los descarados “enchufes” de los políticos de Podemos y de sus marcas patrocinadas: Ada Colau enchufando a su novio, su número dos enchufando a su pareja, Manuela Carmena enchufando al marido de su sobrina, y “Kichi” -alcalde podemita de Cádiz- enchufando a cuatro compis del partido después de una farsa de concurso público a la que se presentaron más de 400 aspirantes que, bendita ingenuidad, debieron pensar que la política del “dedazo” había acabado.
¿No bastaba con votar a un político que fuese bueno?
Algunos se sentirán contrariados por esta serie de enchufes. ¿Cómo ha podido ocurrir, si los de Podemos eran “los buenos”? Y en esa pregunta está la clave de todo este tinglado de nepotismo en el que se ha convertido nuestro Estado: si toda posibilidad de regeneración pasa por confiar en la bondad de un político, sin limitar su poder, entonces tenemos más de lo mismo, es decir, más enchufes y más golfos que hipotecan el futuro de España a cambio de que partidos minoritarios les den su apoyo para así hacerse con la poltrona y mantenerse en ella, a cualquier precio.
Si das más poder al político, le das más oportunidades de corromperse
El hoy líder de Podemos ya dijo en 2013 que la existencia de medios privados, según él, ataca la libertad de expresión, que es como decir que la presencia de personas de diversas razas en nuestra sociedad es una muestra de racismo. Con ello dejó muy claro que Podemos, igual que los grandes partidos, no aspira a limitar el poder político, sino a ampliarlo aún más, ejerciendo un mayor control sobre la sociedad y, en consecuencia, erosionando aún más nuestros derechos y libertades. Cuando se da a los políticos todos los medios para ejercer un poder cada vez más ilimitado, lo que se tiene es una clase política cada vez más corrupta, a la que no le tiembla la mano a la hora de enchufar a amigos o familiares a costa del contribuyente, y que no duda en perjudicar a toda la Nación sin con ello obtiene más poder o más tiempo en el mismo. Entérense ya, señores votantes de Podemos: ustedes votan “casta”, y una casta tan mala o peor que la otra, porque Podemos aboga por expandir el poder del Estado aún más que los demás, y expandir ese poder implica expandir las posibilidades de que los políticos se corrompan.

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