domingo, 28 de junio de 2015

Los aliados de Podemos llevan a Grecia al borde del "corralito" en 6 meses

 
 
 
 
 
 
 
 
El de “el miedo ha cambiado de bando” habla ahora de “terrorismo financiero”
Con su habitual gusto por la demagogia más extrema, ayer Pablo Iglesias presentó a Grecia como una víctima del “terrorismo financiero”, algo que me ha hecho dudar de su posición, pues en España nunca se le ha visto preocuparse ni lo más mínimo por las víctimas del verdadero terrorismo, mientras que se desvive por los terroristas presos. Es asqueroso que la misma ultraizquierda que va a una herriko taberna a piropear a ETA, trivialice ahora el terrorismo usando esa palabra como si la UE estuviese asesinando a los griegos a base de tiros en la nuca. El caso es que Pablo Iglesias lleva tiempo usando el latiguillo de que “el miedo está empezando a cambiar de bando”, un intento de infundir temor en quienes no pensamos como él. De momento, el miedo parece haber prendido en todos los ahorradores griegos ante la gestión de Syriza.
Syriza acaba sembrando el miedo en inversores y ahorradores
La llegada de Syriza al poder provocó una fuga de depósitos en el país, descapitalizando aún más a una banca griega que ya había quedado al borde de la quiebra por la compra de una deuda pública griega ruinosa. Los inversores no son idiotas y no quieren arriesgarse a perder su dinero por culpa de un gobierno irresponsable, así de simple. Recordemos que en plena crisis, Syriza ganó las elecciones prometiendo una quita de la deuda y un aumento del gasto público en un país cuyo Estado ya se traga casi el 50% del PIB. Hace diez días una comisión del Parlamento griego consideraba “ilegal, ilegítima y odiosa” la deuda contraida por Grecia desde 2010. Esto incluye los créditos concedidos por los dos rescates por valor de 240.000 millones de euros, de los que España ha puesto más de 26.000 millones, una cantidad con la que se podrían haber aumentado las prestaciones por desempleo un 50% o las pensiones un 38% en España, según señalaba en febrero el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. ¿Es esa deuda la que Pablo Iglesias sugiere que no nos pague Grecia?
Tsipras nos toma por imbéciles a todos los europeos
La actitud de Syriza ha sido como lanzar un escupitajo a la cara de quienes han arriesgado esas cantidades astronómicas en rescatar a los griegos, a costa de sus connacionales, y ofreciendo a Grecia condiciones más ventajosas que al resto de países europeos. Que Tsipras pretenda convertir su actitud pufera en una lección de democracia al resto de Europa ya es el colmo. El mensaje lanzado a los acreedores de Grecia es tan claro como cínico: no nos van a devoler lo prestado y además tienen la jeta de pediros más y de llamarnos antidemócratas. Con la actitud de Syriza, el desastre está asegurado. Para eludir su responsabilidad en el mismo y forzar una nueva prórroga, Tsipras ha convocado un referéndum sobre los términos del rescate para el 5 de julio, sabiendo que ese rescate vencía cinco días antes: otra tomadura de pelo más. Anunció el referéndum, para colmo, adelantando que pediría el “no” a los términos propuestos por la Unión Europea. Es decir, que después de amenazar con no pagar la deuda, Tsipras quiere que Europa le dé más dinero y quiere dictar él las condiciones: nos toma a los europeos por unos imbéciles. La posición insolente del gobierno griego no deja más opción a la UE que plantearse la expulsión de Grecia del euro. La consecuencia previsible del callejón sin salida en el que ha metido Tsipras a ese país es el “corralito” bancario, y la vuelta a un dracma muy devaluado. La desastrosa gestión de Syriza provocará que los griegos pierdan buena parte de su dinero y los pensionistas vean sus pensiones devaluadas como mínimo a la mitad en vez de bajarlas un 2%.
Los griegos sufren las consecuencias de votar a políticos irresponsables
A día de hoy el pánico de los griegos no se debe a que una malvada Europa no quiera prestar su dinero a un gobierno cuyos disparates en materia económica sólo podían dar lugar a lo que está pasando ahora. Esto pasa por votar a unos políticos irresponsables para los que gobernar es lo mismo que despilfarrar. El verdadero “terrorismo financiero” es el saqueo fiscal perpetrado para sostener al Estado griego. Ese saqueo lo sufren, más que nadie, los contribuyentes griegos para sostener una perniciosa relación de dependencia entre gobernados y gobernantes.
El exagerado gasto público en Grecia: algunas cifras
Veamos algunas cifras:
  • Un 52% de los hogares helenos tienen una pensión pública como principal fuente de ingresos. Se trata de una situación social y económicamente insostenible para cualquier país, a menos que busque a otros países que paguen esas pensiones (el sistema griego tiene un déficit del 9%). La media de jubilación en Grecia oscila entre los 59 y los 61 años (la media europea supera los 64 años). En el momento de iniciarse los rescates, había en Grecia 600 profesiones que admitían jubilarse entre los 50 y los 55 por considerarse de “alto riesgo”, entre ellas peluqueras, camareros, músicos o masajistas. El pago de las pensiones se lleva el 17,5% del PIB de Grecia, el sistema más caro de Europa (la media europea es del 13,2%).
  • Con 11 millones de habitantes, Grecia tiene unos 650.000 funcionarios, un 6% de la población, y casi la mitad de ellos residen en Atenas. Antes de la crisis eran en torno a un millón (un 9% del total de griegos), cobrando medias de 70.000 euros anuales frente a los 55.000 euros de los funcionarios de Alemania, un país más rico. Para que nos hagamos una idea, actualmente en España con 47 millones de habitantes hay algo más de 2,5 millones de funcionarios, un 5,3% respecto al total de habitantes.
  • El gasto militar de Grecia respecto de su PIB es más de tres veces el de España, con un personal activo que supera los 100.000 efectivos, un 0,9% de la población. En el caso de España son algo más de 130.000, el 0,28%. Su fuerza aérea tiene más de 500 aeronaves, más que la española, y su armada tiene un número similar de buques al de la española (en torno a 90 entre buques de superficie armados, submarinos, patrulleros y buques auxiliares). Y eso siendo un país con una población que no llega a un cuarto de la población española. Antes de los rescates, en 2009 Grecia llegó a ser el séptimo país del mundo en gasto militar por habitante, por encima de potencias como el Reino Unido, Francia, Rusia y China.
Se hace muy difícil pedirles a los demás países de la UE que se aprieten el cinturón para sostener a un país que ha llevado la apuesta por un Estado desmesurado hasta extremos insoportables para sus propios contribuyentes. Los políticos griegos son muy libres de seguir por esa desastrosa vía, pero visto lo visto, el dinero para sostenerla tendrán que buscarlo en otra parte.

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