El hoy “juguete roto” del PP brama también contra Montoro y Rajoy
Se ha cumplido el vaticinio de David Fernández (CUP): “¿Usted tiene miedo?”. Eso le preguntó el diputado catalán. “¿A quién, a usted?”, contestó chulesco Rato. “No. A un día perderlo todo como lo han perdido millones de familias. A la gente. A que un día la gente se harte. Nos vemos en el infierno. Hasta luego gangster. Fuera la Mafia”, concluyó. Y es que la novia de Rato, la periodista de “El País”, Alicia González, ha señalado a varias compañeras de oficio de su entorno que “Rodrigo se siente traicionado por todos”, fundamentalmente por 3 compañeros de partido que le han buscado la ruina: Aznar, Rajoy y Montoro. Y curiosamente ha revelado que su ira se centra menos en Rajoy, a quien considera simplemente “un mediocre”, sino en el propio José María Aznar, “que fue quien incumplió un viejo pacto personal” que todos los analistas políticos españoles más veteranos conocen. Se resume en una frase de Aznar a Rato cuando fue nombrado candidato a la Moncloa: “Hoy me toca a mí, pero si respetas este pacto, mañana te tocará a ti”.
A causa de este acuerdo, Rodrigo Rato renunció a plantear batalla a la designación “digital” de Fraga en favor de Aznar (número 3 del partido) cuando era Rato el número 2 y podía haberle disputado el liderazgo. Y Rato dice algo más: “Yo hice a Aznar político cuando era un simple inspector de Hacienda a quien no conocía nadie y solo quería medrar en aquella Alianza Popular, antecedente de lo que es hoy el PP. Me pidió un programa de radio en la emisora de mi padre y se lo di. Era un programa nocturno de dos horas en la Cadena Rato (hoy Onda Cero). Confié en él. Lo hice locutor y tertuliano a pesar de su parálisis labial, que le obliga a llevar bigote y que casi hacía inaudibles sus intervenciones, muchos periodistas podrán corroborar lo que digo”. Según esta versión, gracias a este programa de radio José María Aznar, que era hijo y nieto de periodistas pero estaba poco dotado para el medio, alcanzó su primera popularidad en AP.
Rato cree que Aznar nunca soportó su brillantez académica, su agenda en el mundo de las finanzas, su apellido “y sobre todo su inglés”, que tanto le cuesta aprender al matrimonio Aznar-Botella, lo que le produce una mezcla de “complejo y odio” por Rato. La novia del hoy ya ex dirigente del PP pero icono mediático del partido ha asegurado a sus amigas que Aznar le privó tanto de su candidatura a presidente del Gobierno como sucesor –en favor de un entonces desconocido Rajoy, lo que le costó las elecciones al PP en favor de un aún más oscuro Zapatero– como de la presidencia de Caja Madrid en favor de Miguel Blesa.
Mariano Rajoy detesta a Rato por razones diferentes. Cuando compitieron por el liderazgo del PP (Aznar debía elegir entre Rato, Mayor Oreja o Rajoy), “Mariano defendía la periferia de donde venía frente al centro al que había llegado, la economía mixta ante el liberalismo más puro de Rodrigo. Mariano es un modesto registrador de Pontevedra y hoy, un desclasado que se ha cargado la clase media de donde procede. Un nuevo rico amigo del clientelismo funcionarial, el regalo y el enchufe. Pregúntenle en qué piso vivía de soltero: se lo dio Bárcenas a precio de ganga. Y eso lo saben los dos y lo explica todo, Luis se lo reserva para el juicio, si es que se produce”, señala una de las amigas de la periodista de “El País”, Alicia González y pareja de Rato, según el relato que asegura le hizo ésta.
Con respecto a Cristóbal Montoro, a Rato le guía sobre todo el desprecio: “No era nadie, un modesto empleado del servicio de estudios del Instituto de Estudios Económicos. La primera vez que acudió al Congreso como especialista en una comparecencia en la Comisión de Presupuestos fue a propuesta mía. Ni un solo periodista lo conocía. Era un muerto de hambre, yo lo coloqué también en el Banco Atlántico. Y siempre en el servicio de estudios, capacidad ejecutiva cero, fíjate como está la economía española”, desvela la testigo de esa conversación que asegura le confió Rato a su novia. Para ilustrar el perfil más íntimo de Montoro, el hombre que le ha arruinado la vida por encargo de Rajoy y Pedro Arriola, según cree él, dibuja este “target”:
“Era tímido, hablaba en voz baja y miraba al suelo. Nos adulaba a los políticos admirando nuestra capacidad para hablar en público. Hoy creo que mentía, simulaba una modestia de la que todos me dicen que se ha desprendido o que era impostada. No soporta que Luis de Guindos sea más brillante que él ni que lo estén esperando en Europa mientras que la fiscalidad española está llena de trampas, ambiguedades e ineficacias, en Bruselas las quejas sobre Montoro son constantes. Hoy soy yo el chivo expiatorio, pero mañana lo será otro y el último Rajoy. No obstante Cristóbal debe saber que cuando vuelva a la Universidad de Cantabria ya no estaré yo para llamar a don Emilio y protegerle. Le espera un futuro peor que el de Moral Santín”, afirma una de estas amigas de la novia de Rato.
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