“El flamante nuevo secretario general del PSOE (Pedro Sánchez) votado por los militantes y a pocas horas de ser convalidado por el congreso de la formación tendrá que lidiar con las hipotecas políticas y las hipotecas inmobiliarias. Porque afirma que su equipo será el de la renovación. Pero una cosa es la dirección formal y otra las personas con ascendiente, poderes fácticos del partido, que se siguen moviendo con fluidez entre bambalinas“. Quien así se expresa es el periodista Luis Santos, ex responsable de prensa del Grupo Socialista del Congreso. Y su denuncia es clara, tajante y contundente sobre Rodríguez Zapatero y su mano derecha, Pepiño Blanco, pues afirma que los dos se corrompieron: “La política y la práctica personal de ambos podrían irritar todavía más si se profundizase en sus contradicciones personales, ya que tanto Blanco como Zapatero cuando ganan el 35 congreso del PSOE en el año 2000, dispondrán de sendos duplex en Las Rozas, que les proporcionan entornos del partido en condiciones económicas y luego crediticias de los Bancos, que para sí quisieran el resto de los ciudadanos y que les permitió construir un patrimonio”.
El periodista alude a “los problemas hipotecarios de miles de ciudadanos o los desahucios”, elogia a los socialistas españoles en la Eurocámara cuando se pronuncian “poniendo el rescate de las personas por delante del rescate de las entidades financieras” porque “quieren la traslación inmediata de la sentencia europea sobre la ley hipotecaria española”. Pero no se fía: “Loable postura que se contradice con la que mantuvo uno de sus miembros señeros, José Blanco. Cuando fue ministro del gobierno de Zapatero se opuso taxativamente a la dación en pago, entre otras cosas”.
“Por eso el PSOE habla de esa nueva política hipotecaria que viene defendiendo en el Congreso en los últimos meses, tan solo en los últimos meses y cuando la calle ya está movilizada. Aquí está el problema de la izquierda, virar políticamente sin reconocer errores, y no solamente eso sino premiando a los que han cometido los errores. Como vulgarmente se dice con una acción afortunada, se podría aplicar a José Blanco que “le han puesto en casa”. Lo cual no quiere decir que se quede en casa. No D. José Blanco pasa por ser uno de los más influyentes mentores del renovado Pedro Sánchez. El secretario general in pectore no ve bien que se hable de su amistad, de como las familias pasaban juntas las tardes de domingo en la casa de Blanco. Esa burbuja política existencial en Las Rozas mientras en el país estallaba la burbuja inmobiliaria”, desvela Santos.
“Se acaba de lanzar a la arena Pedro Sánchez, quien se presenta como un militante de base. Es una de las biografías más desconocidas en lucha por encaramarse a la secretaría general del PSOE y quien sabe si incluso a las primarias. Pero Pedro Sánchez ha hecho carrera al calor de José Blanco. Ha imitado en sus primeros pasos los que dio en su momento Zapatero, cuando acudió a la cadena SER para decir que estaba dispuesto a tirar del carro. Otra similitud: Zapatero dijo que no estaba en el núcleo dirigente de Almunia, para marcar distancias con la vieja dirección, cuando en realidad pertenecía a la Comisión Ejecutiva. Ahora Pedro Sánchez dice que es militante de base, cuando ha aprovechado las elecciones europeas para recorrer el país haciendo su propia campaña. Este militante de base es un diputado y antes fue concejal del Ayuntamiento de Madrid. Pero todavía más, es el líder de una Fundación que se constituyó como grupo de presión dentro del PSOE, cuyos otros destacados miembros son Óscar López y Antonio Hernando. El grupo de Pedro Sánchez fue captado por José Blanco antes del 35 Congreso en julio del 2000, en el que Zapatero fue elegido secretario general del PSOE“, revela este ex-trabajador del PSOE.
Y añade: “El grupo de presión de Pedro Sánchez había querido constituir una candidatura en el 35 Congreso, y protestó ante la Comisión Gestora por la desigualdad de trato. Su programa de entonces era muy regeneracionista, pero se lo guardaron para servir de capitanes en la Ejecutiva de Zapatero. El “feeling” fue grande entre José Blanco y Óscar López, mientras que Rubalcaba utilizaba de alter ego en el Congreso a Antonio Hernando, sobre todo cuando fue titular de la cartera de Interior. Ahora Pedro Sánchez, catorce años después de haberse comido con patatas su programa regeneracionista, lo desempolva diciendo que hay que dar la voz a los militantes y habla de cambios. Para que haga este gesto que en el fondo supone un movimiento táctico, han bastado los cuatro meses de existencia de “PODEMOS“, y sus buenos resultados electorales al Parlamento Europeo“.
También resulta curiosa su cita sobre uno de los “nuevos” columnistas de “El País“: “Antoni Gutiérrez-Rubí, dedicado a estudiar la comunicación en partidos como el PSOE, ha intentado un análisis sobre la invocación hecha por Rubalcaba de que el gran oráculo de la izquierda, Felipe González, le susurra los pasos en esta batalla que está dando al mismo tiempo contra el enemigo exterior y el interior. El oráculo, que es a la vez la deidad que describió (Txiki) Benegas, le aseguraría el apoyo de la vieja guardia del PSOE. Pero este super-asesor contempla la acción como fragilidad. Entiendo que no se puede teorizar o masterizar de esta manera, a partir de movimientos continuos de la política que no responden a estrategias, que supongan un paso más largo que el consumo diario nos impone también de mensajes. Ni la política ni el periodismo dan para más. El autor del artículo, si no me falla la memoria o la mala intención constructiva, estuvo en el asesoramiento de Borrell, el candidato nonato del PSOE. Y Antoni Gutiérrez-Rubí estuvo en la elaboración del “conceto” de que el candidato era “un corredor de fondo“. A los dos días de decir Borrel esa frase-titular, había dimitido. Es un ejemplo de como la política de comunicación se estrelló y se estrellará en la acción política de los partidos, porque en el fondo no forma parte de su gestación. Eso al margen de que se abran los partidos, porque a nadie le amarga un dulce a la puerta de Ferraz“.
También señala a otra dirigente socialista como protagonista de escenas de hipocresía y doble cara: “Sorprende que con la situación de exclusión social de amplios sectores de la población, la secretaria de Política Social, Trinidad Jiménez, se dedicase en los últimos días a comer en un afamado y elitista restaurante en la no menos exclusiva calle Serrano de Madrid, con Rebeca Grynspan, Secretaria General Iberoamericana. O a asistir a las recepciones en las embajadas de Francia y Colombia, con motivo de sus respectivas fiestas nacionales. Esta falta de decoro político sin mala conciencia alguna lleva a que dichas convocatorias fuesen anunciadas por el propio departamento de prensa de Ferraz como la única actividad como miembro de la ejecutiva socialista. Claro, Trinidad Jiménez aparte de estar de “fiestuqui” o de “botellón político“, no ha considerado conveniente opinar sobre los problemas hipotecarios de miles de ciudadanos o los desahucios”.
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