El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el miércoles la instalación de lectores de huellas dactilares en las tiendas de alimentos del país para racionar los productos que compra la población y responder a la actual situación de escasez.
El Gobierno había anunciado anteriormente la creación de una Tarjeta de Abastecimiento Seguro con la que contabilizar los comestibles adquiridos en la red de distribución estatal, pero Maduro ha anunciado una extensión del plan original para introducir un sistema de control biométrico en tiendas privadas.
Los compradores que acudan a los distribuidores privados de alimentos tendrán que registrar sus huellas. En este sentido, Maduro ha defendido en un discurso televisado la necesidad de avanzar hacia el sistema biométrico "en todos los sistemas de distribución y comercialización, públicos y privados".
El presidente no ha detallado cómo funcionará este registro ni si se instalará en todo el país o sólo en los estados fronterizos. El Gobierno atribuye la actual escasez de productos al contrabando que llega a través de la frontera con Colombia.
Maduro ha comparado el nuevo método de control de compras con el sistema electoral venezolano, "el mejor del mundo". "El sistema de distribución, comercialización a través del sistema biométrico será perfecto. Estoy seguro", ha alegado.
El objetivo de este polémico plan -la oposición denuncia una 'cubanización' de Venezuela- es evitar que una misma persona compre grandes cantidades de alimentos para posteriormente revenderlos en el mercado negro o introducirlo de contrabando en Colombia, donde un kilo de harina puede venderse seis veces más caro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario