Las propuestas fiscales de Rajoy son un desastre sin paliativos para la Sanidad Pública por dos motivos.
Primero porque supone una disminución de la presión fiscal, aunque sea mal repartida (mucha rebaja para los ricos y escasa para las rentas menores), y ello significa que disminuirá la recaudación y por lo tanto habrá menos dinero para sostener los servicios públicos, es decir mas recortes para la Sanidad. Hace unos años uno de nuestros políticos dijo aquello de que “bajar impuestos es de izquierdas”, y sin entrar en disquisiciones metafísicas sobre si es de derechas, de izquierdas o mediopensionista, la realidad incuestionable es que para que haya unos buenos servicios públicos es necesaria una recaudación suficiente de impuestos que permita sostenerlos, la otra cara de bajar impuestos es propiciar unos servicios públicos de baja calidad y fomentar por lo tanto la búsqueda en el sector privado de la atención sanitaria que el sistema público no garantiza. No debe olvidarse que en medio de la crisis están aumentando las personas con seguros privados, porque el deterioro de la Sanidad Pública favorece que las personas con recursos busquen una alternativa en el sector privado.
Obviamente estas alternativas fomentan aun más desigualdad, solo un sector de la población puede permitírselo y deja abandonado a su suerte al grupo de población con menos recursos. Esto en un país donde la desigualdad entre los sectores con mayor renta crece con relación al grupo con menos renta significa abrir aún mas la brecha de la desigualdad porque el sistema sanitario público entre otros efectos tiene el de servir como un redistribuidor de la renta y como una red de seguridad para las personas mas desfavorecidas.
El segundo motivo tiene que ver con el incremento del IVA sanitario del 10 al 21%, lo que supondrá un mayor encarecimiento de los productos sanitarios para las personas que los necesitan. Un nuevo impuesto sobre la enfermedad que como los copagos penaliza a las personas mas enfermas y con menos recursos, impidiéndolas en la práctica acceder a prestaciones sanitarias que precisa.
Desde hace tiempo venimos advirtiendo desde la FADSP que este gobierno tiene en el horizonte la implantación de un nuevo modelo sanitario que fragmente la atención sanitaria, las personas con mayor nivel económico tendrían asistencia en el aseguramiento privado, con una cobertura dependiente de lo que gasten en sus pólizas, los trabajadores por cuenta ajena mantendrían una Seguridad Social de baja calidad sometida a recortes continuos y el resto de la población se dejaría en manos de la beneficencia. Estas propuestas fiscales siguen avanzando en esa línea dificultando la financiación de la Sanidad Pública y encareciendo el acceso a productos sanitarios.
En resumen un modelo desastroso que avanza en el sentido opuesto al que debería, es decir consolidar el sistema nacional de salud como el esfuerzo solidario de quienes están mas sanos y tienen mas recursos con los mas enfermos y los mas pobres, esa es la única vía para garantizar una Sanidad Pública universal, gratuita en el momento del uso y de calidad.
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