Lo confirmaba el Instituto Nacional de Estadística (INE) hace pocas semanas: España pierde población por primera vez desde 1971 (el primer año de la serie histórica), una consecuencia directa de la crisis económica que se traduce, principalmente, en el regreso a sus lugares de origen de miles de inmigrantes que llegaron a nuestro país en los años de bonanza.
En este sentido, la pérdida de población (ahora vivimos en España 46.704.314 personas, 113.902 menos que en 2012) se explica por elabandono del país de casi medio millón de habitantes, una caída que no ha podido compensar ni el crecimiento natural de la población ni los más de 300.000 extranjeros que, pese a todo, llegaron a España en 2012.
El efecto huida producido por el deterioro del mercado laboral es una realidad que se está dejando notar de manera especial en comunidades como Cataluña, de la que solo en 2012 salieron hacia el extranjero 133.140 personas (un 10,9% de los cuales son de nacionalidad española).
La cifra es la más alta desde que en 2008 comenzó la crisis, un periodo en el que la comunidad gobernada por Artur Mas acumula 554.455 salidas, un volumen que habla por si solo del tremendo impacto demográfico que acarrea la crisis, y que da argumentos a quienes denuncian unas políticas que creen más centradas en el debate soberanista que en la búsqueda de soluciones económicas. Las cifras que confirman este «efecto huida» las recoge la propia Generalitat en su último informe de Coyuntura Económica de julio de 2013, donde no obstante se destaca que este éxodo se ve compensado por la capacidad que aún conserva Cataluña de ser «país de acogida».
Sumando las entradas a las salidas, Cataluña tuvo en 2012 un saldo migratorio negativo de 59.732 personas en 2012, seguido de la Comunidad de Madrid (-55.767), Comunidad Valenciana (-24-727) y País Vasco (-13.963). Por contra, las únicas comunidades que arrojaron un saldo positivo fueron Canarias (12.928), Andalucía (5.624), Baleares (2.712) y Extremadura (165). Estas cifras, junto al crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones), se ha traducido en la pérdida global de población en España antes citada (-2%), aunque con distinto comportamiento según autonomías: frente a la caída de habitantes de Castilla y León (-0,8%) y Cataluña (-0,7%), el incremento de Canarias (1%) y Baleares (0,9%). En 2012 Madrid retrocedió un 0,3% en cuanto a población.
Destino Madrid
El INE, además del saldo migratorio con respecto al extranjero, también aporta las cifras de la relación demográfica entre las regiones españolas, y donde sí se aprecia un comportamiento mucho más dispar. Sobresalen por su capacidad de atracción la Comunidad de Madrid, que atrajo a 14.116 personas hasta entonces residentes en otras comunidades, Baleares (4.105) o Canarias (3.971). En el otro extremo, Castilla y León (-7.840), Andalucía (-6.865), Castilla-La Mancha (-6.637) y Cataluña (-3.530) perdieron población en favor de otras zonas del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario