martes, 23 de julio de 2013

Más de 11.700 espectadores asistieron a la representación de la obra de El Brujo, 'El asno de oro', en el Festival de Mérida

El actor Rafael Álvarez 'El Brujo' ha atraido a un total de 11.795 espectadores para ver su obra 'El asno de oro', que ha representado en el Teatro Romano de Mérida, en el marco del festival internacional de la capital extremeña; se despidió el domingo, de Mérida "con un rotundo éxito de público" desde que se estrenó el pasado miércoles, y de la que ha representado cinco funciones.
 
 
 
 



Mucho humor y una fina ironía, sin dejar de lado la crítica ácida, son los ‘ingredientes’ que utilizó  Rafael Álvarez ‘El Brujo’ sobre la escena del Teatro Romano de Mérida, donde 1.925 personas le arroparon en el que fue su regreso –participa por segundo año consecutivo- al Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Una vez más, su peculiar e inconfundible estilo a la hora de contar e interpretar una historia, no defraudó a su público en el que fue el segundo gran estreno mundial que brinda esta 59ª edición del certamen emeritense. En esta ocasión, y de la mano de 'El asno de oro', una novela de Lucio Apuleyo, reflexionó sobre la corrupción y la decadencia de la sociedad, temas de candente actualidad, pero que se van arrastrando desde la antigüedad.
Así pues, acompañado únicamente por la música en directo de la percusión (Daniel Suárez Sena), saxo (Julián Martínez), y violín y teclado (Javier Alejandro), el actor cordobés se enfrentó en solitario a un público que le aguardaba con impaciencia y en el que levantó carcajadas y aplausos durante las casi dos horas y media que duró la obra. Lapso de tiempo en el que no decayó ni un solo momento y se mostró entregado, tranquilo y muy a gusto ante la atenta mirada de los espectadores.
Precisamente, según lo que opinaban algunos de ellos al término del espectáculo, la duración es el único ‘pero’ que se podría sacar a la función, adaptada, dirigida e interpretada por ‘El Brujo’, que encarna al protagonista, Lucio, convertido en un asno tras ingerir una supuesta y errónea pócima de amor. Y es que consideraban que al ser tan extensa, te llegabas a salir alguna vez del argumento.
No obstante, la mayoría de ellos coincidían en elogiar el gran trabajo realizado por el actor cordobés, su gran memoria, la forma de interpretar y, especialmente, su manera de interactuar con el público, algo sumamente difícil y que ha vuelto a conseguir en esta edición; a pesar de que a muchos de ellos les gustó más el año pasado con ‘La Odisea’, donde puso el listón muy alto.
‘El Brujo’ reflexionó sobre la corrupción y la decadencia de las sociedades, haciendo una lectura del pasado y del presente, comparando lo que existía con lo que ahora sucede. Así, con el humor, la crítica ácida y la ironía que le caracterizan, fue reflexionando sobre temas que hoy en día siguen afectando a la sociedad, y los fue intercalando con pequeños guiños relativos a la actualidad, como el ‘Caso Bárcenas’, Mariano Rajoy, el ‘Caso Urdangarín’, los concejales municipales sin apenas formación, la banca, las preferentes, y un largo etcétera.
De hecho, cuando personalizaba situaciones que le ocurrían al personaje de la historia, en hombres y mujeres de actualidad, era cuando el público más se animaba con esta primera adaptación teatral de la novela de Apuleyo, realizada también específicamente para Mérida, una ciudad que junto a su Teatro Romano, adquieren un papel protagonista en el argumento y desarrollo de la obra, especialmente en la segunda parte de la misma, tras el descanso que realiza el artista para descansar sus emociones.
"Es un regalo que esto ocurra"
Al término del estreno de la obra, ‘El Brujo' afirmó ante los medios de comunicación que le esperaban que había sido "maravilloso", que había visto la obra "como ha sido". "He percibido una cosa que es un sueño mío, una alucinación; yo he visto una fiesta, una felicidad, una fluidez, es un regalo que esto ocurra", apuntó.
Según sus palabras, a pesar de que "ya son muchos años" sobre el escenario, "llegar a bailar, cantar, actuar y respirar conjuntamente con el público es un privilegio, un gran regalo y así lo he sentido; estoy lleno de gratitud y de felicidad", insistió.
Preguntado por cuáles son las similitudes que pueden tener ‘El Lazarillo' y Lucio, el protagonista de esta obra, Rafael Álvarez afirmó que "hay muchas cosas en común" como, por ejemplo, "todo el tema del hambre y la parte en la que el burro come". "En la segunda parte, cuando empiezo por lo del hambre, me recuerda completamente a ‘El Lazarillo', el burro es ‘El Lazarillo'", apostilló.
Otra de las similitudes que tienen, según sus palabras, y que es muy importante, reside en que "el burro va por ahí, va viendo lo que hay y ve que la gente es más burra que él, y que todo está podrido". Así pues, "como el burro ve todo eso, es un poco la temática de ‘El Lazarillo', que va por el mundo y va viendo que todo está corrompido y es el testigo de la vida de una sociedad en un momento de deterioro, de insolidaridad y de desastre".
A todo ello, ‘El Brujo' también unió "la cadencia arrítmica de la prosa", teniendo en cuenta en que en ambos textos "son muy parecidas".
2.000 o 3.000 personas el sábado
Preguntado por qué le había parecido la respuesta del público de Mérida, el actor cordobés reconoció que "uno no tiene la oportunidad de trabajar delante de 2.000 o 3.000 personas todos los días, y menos ahora", por lo que "con que reúnas a 500, eso es un éxito impresionante en un teatro".
"No digo ya en los teatros por ahí, 300, 500 o 600 personas como mucho, y de repente reunir a 2.000 o 3.000 personas que puede haber el sábado, eso es impresionante porque ya se crea una energía inmensa", aseveró. Y es que, tal y como resaltó, "con 3.000 personas ahí te das la oportunidad de probar muchas cosas y de recibir mucho del público, recibes mucha fuerza; todo eso hay que dosificarlo y administrarlo, y eso solo ocurre aquí en el Teatro Romano de Mérida".
De este modo, mostró su deseo de volver a la escena emeritense el mayor número de veces posible en su vida, y tuvo palabras de recuerdo para "muchos compañeros míos como Juan Luis Galiardo, Pepe Sancho o José Luis López Vázquez, quienes pasaron por aquí y ya no están", insistió.
En cuanto a estar en el Festival emeritense, ‘El Brujo' es ya todo un veterano, teniendo en cuenta que "llevo cinco años viniendo -con ésta- al Teatro Romano de Mérida". "Igual son cinco, igual son seis o igual son siete, no sabes cuánto vas a vivir, siempre que vengo a Mérida tengo la sensación de que la vida se va esa noche y se la quiero transmitir al público, porque la magia del teatro no es otra que la celebración del presente que se va, del presente que se escapa", explicó.
"Extrañamente tranquilo, sin pánico"
De hecho, esa veteranía se notó sobre el escenario, donde, según aseguró, había estado "totalmente tranquilo", e incluso llegó a decir que se encontró "extrañamente tranquilo, sin pánico". "Hasta tal punto de que tenía pánico de no tener pánico, yo me decía estoy acojonado porque no estoy acojonado..., no sé qué me está pasando y es una sensación de que primero yo hago una cosa que es una cosa que la hago yo, y que no es un teatro habitual, por lo tanto no está en los códigos de examen y de crítica de lo habitual de una obra de otro estilo", aseveró.


Por todo ello, a la hora de enfrentarse al público del Festival de Mérida, "me dije: tranquilo, tú actúa y haz lo que tú sientes y como tú lo haces, a algunos les gustará y la mayoría sentirán el afecto, porque hay gente que siente el afecto, no es que les guste, es una corriente de afecto".
"Y a los que no les guste, no les gustará, y a los que les gusten les gustará, y no hay más, la tensión viene de lo otro, de querer algo. Esta noche no quería algo, nada más que lo que había y eso es suficiente", sentenció
 

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