lunes, 8 de abril de 2013

Así se pagó el silencio sindical de los ERE

LA RAZÓN viaja al epicentro de la trama donde denuncian que Juan Lanzas, el conseguidor, pagaba sobres a UGT y CC OO.
 
Los sindicatos fueron la estrella principal en la constelación de los falsos ERE de Andalucía. La jueza Mercedes Alaya ya mandó a prisión al conseguidor Juan Lanzas, de UGT, principal protagonista de la trama. Sin ellos, la organización no podría haberse desarrollado. LA RAZÓN ha viajado al origen de la corrupción, Jaén, donde el ex sindicalista comenzó sus particulares andanzas. Allí ha entrevistado, entre recelos y desahogos, a su entorno más cercano, sus antiguos compañeros, algunos temerosos por «hablar de más» y otros indignados por sus «engaños de sinvergüenza». También ha localizado a dos de los imputados en el caso, los jefes sindicalistas mano derecha de Lanzas, Damián Jiménez (CC OO) y Luis García de los Reyes (UGT) y ha podido acercarse a Juan FranciscoTrujillo, más conocido como el «chófer de la droga», que en una sola declaración terminó con 11 cargos y revelaciones escandalosas de fiesta y cocaína, que aderezaban la corrupción impune, generalizada y sin cortapisas que se llevó en Andalucía durante una década.
Primera parada. Jaén capital. En la plaza de la Batalla, centro de la ciudad, los ex compañeros de trabajo de Juan Lanzas cuentan su trágica situación. Están en paro y pronto dejarán de recibir la paga mensual. Recuerdan cómo el sindicalista luchaba por sus derechos hasta que un día se esfumó. Lanzas apareció en la Federación de Alimentación de UGT por primera vez a mediados de los 80. Nadie sabe muy bien qué credenciales presentó. Aunque no había trabajado (como todos los demás) en la fábrica de carne, fue haciéndose paso (con dudosos méritos) hasta que acabó representando a los 500 trabajadores en las primeras negociaciones con la Junta de Andalucía. Era 1999. «Y ya comenzó a relacionarse con los peces gordos», cuenta un trabajador de Molina refiriéndose a los responsables políticos de la época (PSOE). Y de ahí, al estrellato. Hace unos meses, tras gestionar como una suerte de asesor grandes ayudas del Gobierno andaluz a otras empresas en crisis, acabó confesando a un vecino: «Tengo tanto dinero que no sé qué hacer con él». En su casa de Albanchez de Mágina, un municipio de 1.200 habitantes, la Guardia Civil encontró 80.000 euros en billetes de 500 euros. «Y el resto del dinero, que lo hay, no aparece», protesta otro conocido suyo en Jaén. A Lanzas lo conocen en su entorno como «el embaucador». «Podía convencerte de cualquier cosa, era increíble», recuerda otro ex compañero.
Segunda Parada. Polígono el Valle (En las afueras de Jaén). Damián Jiménez es prejubilado en Cárnicas Molina. Trabajaba en la sala de despiece de Molina. Perteneció a la empresa desde 1991 y se mostró muy activo en la defensa de los derechos de los trabajadores. «Últimamente se le veía preocupado y,cuando saltó esto,ya no le vimos más», dicen sus compañeros. A su mujer, Fernanda G.V., la incluyó en el convenio de la compañía de Ruiz Mateos, Dhul, en Granada. «Venían con nosotros a las manifestaciones, uno luchó por nuestros derechos, y después nos enteramos de que nos engañó», añaden los afectados. «Cuando empezó todo los de los ERE, desapareció. El otro día pasó en bicicleta por delante de nosotros y no tuvo el valor de parar. Yo le grité, pero nada»,detallan. El pasado viernes salía de su casa con su esposa en el polígono El Valle. Llevaba cara de pocos amigos.
Tercera parada. Torredonjimeno. Esta población de 14.000 habitantes alberga entre sus vecinos a Luis García de los Reyes, de UGT. Está imputado por incluir a su mujer, concejala socialista, como prejubilada en una empresa en la que nunca trabajó. El sábado temprano tomaba el sol en la puerta de su casa, pensando quizás en la evolución de su imputación. «Nunca pensó demasiado en los trabajadores, más bien pensaba en ella», se atreve a decir una vecina refiriéndose a la intrusa.
Los trabajadores de las compañías utilizadas por Lanzas para urdir su negocio cuentan a LA RAZÓN sus quejas. Todos están en paro. «Los sindicalistas nos pedían que no nos movilizáramos, que ellos se encargaban de todo, que las reuniones con la Junta iban bien. Y mira luego lo que ha pasado», se indignan.
Tanto Jiménez como García de los Reyes (como algún otro) reformaron sus casas, compraron coches, cambiaron de costumbres... «Hemos estado callados mucho tiempo», añaden las fuentes rogando su anonimato. Casi todos coinciden en que «todo el mundo sabe más de lo que dice», confiesan. «Cuando les llamaban por teléfono –a Lanzas y a su entorno–, se retiraban mucho, se apartaban del grupo, pero no un poco, mucho», continúan, «nos manifestábamos juntos y después nos engañó».
Lanzas gestionaba sus chanchullos millonarios con la cooperación de otros muchos. Los millones de euros (de dinero público) que recibió y regaló como un Santa Claus proletario, necesitó de la cooperación –y del silencio (remunerado)– del entorno sindicalista. Dos sindicalistas eran sus escuderos en la provincia jienense. Se trata de Damián Jiménez (CC OO) y Luis García de los Reyes (UGT), ambos imputados en el caso al incluir a sus esposas como intrusas en prejubilaciones ficticias. Sus movimientos, además, según cuentan sus ex compañeros, fueron imprescindibles para que la «ingeniería» ideada por Lanzas funcionara.
Cuarta Parada. En Llanos del Sotillo, Juan Francisco Trujillo, tiene la mejor casa de esta pedanía de Andújar. El pasado sábado paseaba con unos vecinos, cabizbajo. Ya ha pasado por prisión y está a la espera de la resolución judicial. El ex chófer rechazó hablar con LA RAZÓN.
Todos celebran que la jueza Mercedes Alaya no va a parar. Se prevén implicaciones políticas y penales. Desde 2007, cuando saltó el asunto por las grabaciones efectuadas a sus directivos que revelaron la petición de ambiciosas comisiones ilegales para montar puestos en el mercado. Lanzas ya era el intermediario.

- NOMBRE: Juan Francisco Trujillo
- CARGO: fue chófer del ex reponsable de Trabajo de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Guerrero
«EL MINISTRO DE EXTERIORES»
El chófer de Guerrero, Juan Francisco Trujillo, caminaba la mañana del sábado por las vacías calles de Llanos del Sotillo, escoltado por dos amigos con cara de circunstancias. Ni siquiera el sol parecía alegrarles. Su paso por la cárcel podía percibirse en sus ojos. Su declaración ante la jueza Alaya escandalizo a medio país: cocaína, juergas, copas, sobres con dinero... los viajes en el coche oficial eran las celebraciones sobre ruedas de la estafa generalizada. En la calle Madreselva de esta pedanía jienense, de casas humildes entregadas en los años 40 a gente necesitada, una vivienda brilla sobre las demás. Y no sólo por el color albero de sus paredes: «Nadie tiene aire acondicionado y él puso 6 de un golpe», revela un vecino. «Aquí le llamamos el ministro de asuntos exteriores», bromea.

- NOMBRE: Damián Jiménez
- CARGO: sindicalista de CC OO y mano derecha de Lanzas.
Trabajó en la empresa Cárnicas Molina entre 1991 y su prejubilación.
Durante esos años, se mostró muy activo en la defensa de los trabajadores pero sus compañeros lo veían preocupado. Además, incluyó a su mujer como intrusa en un convenio de la empresa Dhul.

- NOMBRE: Luis García de los Reyes
- CARGO: sindicalista de UGT.
La jueza encargada del «caso de los ERE», Mercedes Alaya, le ha imputado por incluir a su esposa, concejala socialista, como prejubilada en una empresa en la que nunca trabajó. «Nunca pensó demasiado en los trabajadores, más bien pensaba en ella», asegura una vecina de Torredonjimeno.
 
 

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