Algunos
militantes socialistas dan una curiosa idea de lo que entienden por perdón: y es
que dicen pedir perdón mientras atacan a la Iglesia Católica que ayuda,
por medio de Cáritas, a las víctimas del nefasto mandato de Zapatero,
una multitud de españoles que se han quedado en el paro y en la miseria por
culpa de las nefastas recetas socialistas, recetas que a estos personajes les
debieron saber a poco.
Piden
‘perdón’ pero en vez de mencionar a Zapatero, culpan a Merkel
Y es que
estos militantes del PSOE no piden perdón por las subidas de impuestos,
pero sí por un techo de gasto establecido después de un desenfrenado despilfarro
público que ha dejado al Estado con unas deudas que estaremos pagando
durante décadas. Debe ser que esa deuda brutal les sabe a poco, y no han tenido
bastante con convertir a España en uno de los países de Europa en los que los
ciudadanos tienen que afrontar un mayor esfuerzo fiscal. Por esto no muestran ni
el más mínimo arrepentimiento. Haber alcanzado cifras históricas de paro
con las recetas del PSOE no les hace caer de su burra ideológica ni a base de
coces: ahí se les ve apelando a la “ideología socialista” como si fuese
un dogma incuestionable al que ha de plegarse cualquier análisis serio de la
realidad. Ni siquiera mencionan a Zapatero: en vez de eso, hablan de
Merkel, como si fuese ella y no él quien llevó a España a esta
situación.
Tampoco
piden perdón por los casos de corrupción que han salpicado a su
partido, para escándalo de quienes vemos como el dinero de nuestros
impuestos ha servido para que el anterior gobierno beneficiase a sindicatos y
entidades ideológicamente afines, con un descaro digno de un régimen
caciquil.
Ni una
muestra de perdón por las leyes totalitarias impulsadas por el
PSOE
Tampoco
piden perdón por poner en marcha una ley que viola el derecho a la vida de los
más inocentes e indefensos, dando barra libre para matarlos antes de
que nazcan e incluso otorgando un plazo extra para que se liquide a aquellos que
padecen una discapacidad como el síndrome de Down, algo que provocaría los
aplausos de apologistas de la eugenesia como los que apoyaron al Tercer Reich.
Tampoco muestran arrepentimiento alguno por haber querido obligar a los
médicos, cuya misión es salvar vídas, en verdugos de bebés no nacidos,
incluso a base de vulnerar su derecho a la objeción de conciencia. En vez de
eso, se lamentan de no haber aprobado una ley de eutanasia, con la que se
habrían extendido las letales recetas ideológicas del PSOE también a ancianos y
enfermos.
Por no
pedir, ni siquiera piden perdón por haber devuelto a las escuelas
españolas algo que no veíamos desde el franquismo: una asignatura de
adoctrinamiento ideológico obligatorio para inculcar a los niños, por las buenas
o por las malas, las ideas del partido gobernante. Tampoco piden perdón
por apoyar la imposición lingüística en las escuelas catalanas, gallegas y
baleares, en las que el PSOE junto a sus aliados nacionalistas impulsó
políticas identitarias que son un calco del
modelo lingüístico del régimen racista del Apartheid. Y tampoco
espere nadie escuchar en ese vídeo ni una disculpa de los militantes del PSOE
por haber hostigado a las familias, recortando su derecho a elegir el tipo de
educación que desean para sus hijos.
No hacen ni
una sola mención a las víctimas de ETA, traicionadas por el
PSOE
Finalmente,
no hay ni una disculpa a las víctimas de ETA por traicionarlas mediante
la negociación secreta que mantuvo el PSOE con la banda terrorista,
negociación que ha dado lugar a que los testaferros de esa organización criminal
hayan podido volver a las instituciones democráticas sin haber condenar el
terrorismo, sin que se haya disuelto ETA y sin que haya entregado siquiera las
armas. Ahora, gracias al esfuerzo del PSOE, el brazo político de ETA tiene más
poder político que nunca, pero los militantes socialistas del vídeo no parecen
arrepentidos por ello, porque a las víctimas de ETA ni las
mencionan.
En fin,
después de ver el vídeo entero, mi conclusión es que no estamos ante una
petición de perdón, sino ante un monumento al cinismo. Para estos
personajes “pedir perdón” significa mostrar arrepentimiento por no haber obrado
aún con más sectarismo, por no haber insistido todavía más en las recetas
socialistas que han metido a España en esta desastrosa situación social y
económica. En el fondo, el único error que parecen reconocer es que
Zapatero no haya sido aún más radical, más dañino y más ideológicamente fanático
de lo que ya lo fue.
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