Que cerca de 900 asociaciones secundaran la marcha del pasado 15 de septiembre, y que decenas, sino centenares, de autobuses se desplacen el 25 S desde toda España hasta Madrid para rodear el Congreso de los Diputados dice mucho. Casi tanto como las vallas de más de dos metros o los 1.300 agentes que van a proteger el hemiciclo: La distancia entre la clase política y el pueblo es ya insalvable. En gran medida se debe a que los políticos siguen sin dar ejemplo con la austeridad que propugnan. Austeridad que, en algunos casos, se ha convertido en subsistencia dada la dificultad existente en percibir la ayuda de los 400 euros y viendo cómo los recortes sociales están ahogando a muchas familias.
Esta vez el político que menos ejemplo está dando es el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. ¿Recuerdan su viaje a Polonia para ver la Eurocopa? Sí, el mismo viaje que confesó hacer casi como una obligación —dado que le impediría ver al completo el partido de Rafa Nadal y el GP de Fórmula 1 que se celebraba ese fin de semana. El mismo viaje que emprendió 24 horas después de mandar a su ministro a explicar el rescate de España por la UE.
Pues aquel viaje fue una fiesta. Y no precisamente por el resultado que 'La Roja' cosechó aquella jornada. Pero eso no frenó la euforia y la algarabía.
El catering del avión Falcon que transportó al jefe del Ejecutivo, y cinco personas más, costó 1.000 euros. El menú de la cena incluyó solomillo, rodaballo, siete botellas de vino y diez cervezas. Así lo desvela la revista Interviú que aporta más datos de estos excesos.
La orden que preside los planes de vuelo de Rajoy es el de contar siempre con un catering que incluye, entre otros, jamón ibérico de bellota a 190 euros el kilo, "extra de whisky y vino". Tal vez el presidente del Gobierno no sepa lo que cuestan sus caprichos porque las facturas las paga el ministerio de Defensa. Pero no estaría de más que se preocupara por ello o que el ministro del ramo se lo comentara en uno de sus encuentros.
Semanas antes, en el vuelo a Los Cabos (México) para acudir a la cumbre del G-20, la factura superó los 900 euros. Viajaban unos 30 miembros o colaboradores del Gobierno junto al presidente y su esposa, Elvira Fernández, y en pleno vuelo transoceánico se consumieron dos botellas de Cardhu, dos de Johny Walker, una de vodka, tres de ron Brugal y dos de ginebra Beefeater. Según las fuentes a las que ha tenido acceso Interviú, a Rajoy "le relaja tomar un whisky porque no le gusta mucho ir en avión". Pero debe ser que no le vale un whisky más asequible, su preferido es Cardhu.
La revista, además, ha informado de que el año pasado "se gastaron solo en catering para los vips 342.693 euros y hasta junio de este año ya se han gastado 128.402 euros".
Pero no solo pasa con Rajoy. Estudiando detalladamente los Presupuestos Generales nos encontramos con que 3l Congreso gasta en viajes 19.285 euros al año por cada diputado. Tal y como relata Eldiario.es, sus señorías cobrarán los mismo y seguirán disfrutando de billetes de avión, dietas, taxis o aparcamientos pagados en los aeropuertos. Pero para cumplir con el ajuste los diputados y personal del Congreso deberán consumir menos agua y tener la calefacción más baja que en el año precedente.
Cabe recordar que esos pluses se unen a un montón de condiciones ventajosas. Para empezar un salario base de 2.813,87 euros al que hay que sumarle dos pagas extras -este año será sólo una debido a los recortes por la crisis-. Y luego está el 'timo de las dietas' por las que muchos de ellos se embolsan extras por haber sido elegidos en una lista electoral diferente a la de Madrid pese a que tienen una o varias residencias en la capital.
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