Ferraz ultima un plan que incluirá recortes de personal
Los socialistas tienen cada vez más problemas de liquidez porque las entidades "ya saben cuál es la situación y no paran de apretar".
Los bancos no se fían del PSOE. Los socialistas están encontrando cada vez más problemas para conseguir que las entidades financieras le concedan créditos, tal y como reconocen fuentes de Ferraz. Los tremendos desequilibrios económicos que afectan al partido desde hace meses le han restado gran credibilidad a la hora de solicitar liquidez y refinanciaciones de la deuda en el mercado.
Esto ocurrió por primera vez hace unas seis semanas, cuando la Fundación Ideas –el think tank del partido– se vio obligada a retrasar el pago de las nóminas a sus trabajadores, ante la imposibilidad de conseguir créditos. En ese momento, la número dos del PSOE, Elena Valenciano, reconoció que “un tremendo problema de liquidez” era la causa de esos impagos. El problema, lejos de desaparecer, se ha agravado desde entonces.
Ferraz confiaba en que el Gobierno no llevara a cabo la drástica reducción de la partida para financiar a los partidos políticos en los Presupuestos Generales –anunció que sería del 20%– o al menos la matizara. La no presentación de las cuentas públicas por el Ejecutivo era uno de los argumentos esgrimidos por los socialistas para justificar sus problemas de liquidez. “Los bancos no saben aún cuáles van a ser nuestros ingresos y por eso se muestran reacios a darnos dinero”, razonaba un dirigente socialista hace unos días.
Sin embargo, el PP siguió adelante con sus planes y, aunque en los Presupuestos la reducción final fue del 13,2%, ya ha presentado en el Congreso una propuesta de reforma de la Ley de Financiación de Partidos Políticos. En ella, se incluye la prometida bajada del 20% en las subvenciones a las formaciones, medida que fue rechazada de plano por los Grupos Socialista y Vasco y por Coalición Canaria, tres de los partidos que más afectados resultarían.
“Los bancos ya saben cuál es nuestra situación y no paran de apretar, van a muerte”, aseguraba el citado dirigente socialista al hablar del negro panorama financiero del partido. La cantidad de avales y la claridad de cuentas que las entidades exigen son cada vez mayores. La preocupación en Ferraz ha aumentado desde que ya es público y notorio que sus ingresos en 2012 se van a desplomar cerca de un 50%. De los cerca de 40 millones de euros que percibieron de 2009 a 2011 pasarán a contar con menos de 20.
Consciente de la situación, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, encargó, nada más vencer en el 38 Congreso Federal, un plan de viabilidad a su secretario de Organización Óscar López, para estudiar la mejor manera de ajustar los gastos a los ingresos. López continúa trabajando en ello, haciendo cábalas para presentar una solución lo menos traumática posible.
Gran preocupación
Lo cierto es que la preocupación por la situación del PSOE se palpa en cada rincón del partido. Sus empleados no ocultan la inseguridad ante la posibilidad cada vez más factible de que se acometa una reducción de plantilla. En su último informe de gestión, la dirección hablaba de la necesidad de “adecuar la plantilla de personal a la nueva situación económica”, puesto que esos gastos se van a disparar en 2012. De suponer entre el 25% y el 28% del total del presupuesto se pasaría, de mantener los sueldos y empleados actuales, a representar el 40%. Una cifra completamente insostenible.
Ferraz continúa negando de manera tajante que se plantee realizar un ERE y, mucho menos, acogerse a alguna de las nuevas posibilidades que ofrece la reforma laboral del Gobierno, denostada hasta el extremo por los socialistas. Lo único que reconocen que están contemplando es negociar con los trabajadores prejubilaciones o bajas incentivadas. Sin embargo, esa medida se antoja a todas luces insuficiente para aliviar las cuentas.
El PSOE tiene en plantilla un total de unos 230 empleados. Tal y como aseguran fuentes de la dirección socialista a LA GACETA, ningún miembro de la Ejecutiva percibe un sueldo del partido, “al contrario de lo que ocurre en otros sitios”, por lo que el recorte sólo puede hacerse en los trabajadores rasos. Desde dentro del partido se reconoce que se ha pensado en otras medidas, como cerrar alguna de las sedes que tienen por Europa y América, dejar de publicar El Socialista –la histórica cabecera que mantienen “más que nada por una cuestión sentimental”– o incluso vender el edificio de la calle Gobelas. Pero todas estas acciones tendrían una repercusión temporal, supondrían un alivio efímero y no una solución definitiva.
Sea como fuere, lo que está claro es que las próximas semanas serán decisivas para el devenir del PSOE. Cuando Óscar López termine su trabajo y presente a la Ejecutiva Federal las conclusiones de su plan, llegará el turno de adoptar las difíciles e inaplazables decisiones. Mientras tanto, el partido seguirá luchando por ganar credibilidad ante los bancos y por tratar de moderar el recorte que el PP pretende efectuar en la financiación de los partidos a través de la reforma de la ley.
Una de sus dos enmiendas presentadas va en esa línea, defendiendo que las subvenciones vuelvan a los niveles de 2008 para que no se ponga “en peligro” el funcionamiento del sistema de partidos políticos español.
Una plantilla de 230 empleados
El PSOE cuenta con una plantilla que ronda los 230 trabajadores, entre los empleados de Ferraz -unos 180- y los de la Fundación Ideas-en torno a 50-, que también engloba a los institutos Jaime Vera, Ramón Rubial y el Consejo Progreso Global. Esta plantilla será reducida en breve por la crisis económica del partido.
Esto ocurrió por primera vez hace unas seis semanas, cuando la Fundación Ideas –el think tank del partido– se vio obligada a retrasar el pago de las nóminas a sus trabajadores, ante la imposibilidad de conseguir créditos. En ese momento, la número dos del PSOE, Elena Valenciano, reconoció que “un tremendo problema de liquidez” era la causa de esos impagos. El problema, lejos de desaparecer, se ha agravado desde entonces.
Ferraz confiaba en que el Gobierno no llevara a cabo la drástica reducción de la partida para financiar a los partidos políticos en los Presupuestos Generales –anunció que sería del 20%– o al menos la matizara. La no presentación de las cuentas públicas por el Ejecutivo era uno de los argumentos esgrimidos por los socialistas para justificar sus problemas de liquidez. “Los bancos no saben aún cuáles van a ser nuestros ingresos y por eso se muestran reacios a darnos dinero”, razonaba un dirigente socialista hace unos días.
Sin embargo, el PP siguió adelante con sus planes y, aunque en los Presupuestos la reducción final fue del 13,2%, ya ha presentado en el Congreso una propuesta de reforma de la Ley de Financiación de Partidos Políticos. En ella, se incluye la prometida bajada del 20% en las subvenciones a las formaciones, medida que fue rechazada de plano por los Grupos Socialista y Vasco y por Coalición Canaria, tres de los partidos que más afectados resultarían.
“Los bancos ya saben cuál es nuestra situación y no paran de apretar, van a muerte”, aseguraba el citado dirigente socialista al hablar del negro panorama financiero del partido. La cantidad de avales y la claridad de cuentas que las entidades exigen son cada vez mayores. La preocupación en Ferraz ha aumentado desde que ya es público y notorio que sus ingresos en 2012 se van a desplomar cerca de un 50%. De los cerca de 40 millones de euros que percibieron de 2009 a 2011 pasarán a contar con menos de 20.
Consciente de la situación, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, encargó, nada más vencer en el 38 Congreso Federal, un plan de viabilidad a su secretario de Organización Óscar López, para estudiar la mejor manera de ajustar los gastos a los ingresos. López continúa trabajando en ello, haciendo cábalas para presentar una solución lo menos traumática posible.
Gran preocupación
Lo cierto es que la preocupación por la situación del PSOE se palpa en cada rincón del partido. Sus empleados no ocultan la inseguridad ante la posibilidad cada vez más factible de que se acometa una reducción de plantilla. En su último informe de gestión, la dirección hablaba de la necesidad de “adecuar la plantilla de personal a la nueva situación económica”, puesto que esos gastos se van a disparar en 2012. De suponer entre el 25% y el 28% del total del presupuesto se pasaría, de mantener los sueldos y empleados actuales, a representar el 40%. Una cifra completamente insostenible.
Ferraz continúa negando de manera tajante que se plantee realizar un ERE y, mucho menos, acogerse a alguna de las nuevas posibilidades que ofrece la reforma laboral del Gobierno, denostada hasta el extremo por los socialistas. Lo único que reconocen que están contemplando es negociar con los trabajadores prejubilaciones o bajas incentivadas. Sin embargo, esa medida se antoja a todas luces insuficiente para aliviar las cuentas.
El PSOE tiene en plantilla un total de unos 230 empleados. Tal y como aseguran fuentes de la dirección socialista a LA GACETA, ningún miembro de la Ejecutiva percibe un sueldo del partido, “al contrario de lo que ocurre en otros sitios”, por lo que el recorte sólo puede hacerse en los trabajadores rasos. Desde dentro del partido se reconoce que se ha pensado en otras medidas, como cerrar alguna de las sedes que tienen por Europa y América, dejar de publicar El Socialista –la histórica cabecera que mantienen “más que nada por una cuestión sentimental”– o incluso vender el edificio de la calle Gobelas. Pero todas estas acciones tendrían una repercusión temporal, supondrían un alivio efímero y no una solución definitiva.
Sea como fuere, lo que está claro es que las próximas semanas serán decisivas para el devenir del PSOE. Cuando Óscar López termine su trabajo y presente a la Ejecutiva Federal las conclusiones de su plan, llegará el turno de adoptar las difíciles e inaplazables decisiones. Mientras tanto, el partido seguirá luchando por ganar credibilidad ante los bancos y por tratar de moderar el recorte que el PP pretende efectuar en la financiación de los partidos a través de la reforma de la ley.
Una de sus dos enmiendas presentadas va en esa línea, defendiendo que las subvenciones vuelvan a los niveles de 2008 para que no se ponga “en peligro” el funcionamiento del sistema de partidos políticos español.
Una plantilla de 230 empleados
El PSOE cuenta con una plantilla que ronda los 230 trabajadores, entre los empleados de Ferraz -unos 180- y los de la Fundación Ideas-en torno a 50-, que también engloba a los institutos Jaime Vera, Ramón Rubial y el Consejo Progreso Global. Esta plantilla será reducida en breve por la crisis económica del partido.
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