Las principales poblaciones que iban a ser afectadas por la planta de Gallardo aún están procesando la noticia, que es mala según las asociaciones de empresarios.
Desde que en diciembre de 2004 el Diario Hoy desvelara la ubicación de la refinería, las poblaciones más cercanas como Zafra, Los Santos de Maimona, Almendralejo y sobre todo Villafranca han vivido intensas jornadas de debate y tensión. También de proyectos paralelos, como en Los Santos de Maimona, donde en julio de 2011 el hostelero Casimiro Rosa ya tenía la maqueta del hotel que quería montar si salía adelante la refinería.
El viernes, un día después de que se conociera el no de Madrid a este proyecto, el actual alcalde Manuel Lavado Barroso (PP) pedía a los gobiernos central y autonómico que se compense a Los Santos de Maimona por los años de espera.
«La pasada legislatura el Ayuntamiento ha basado sus proyectos contando con la refinería y ahora nos encontramos con la realidad de que aquellas ideas de un centro comercial, la ciudad deportiva y tantas otras cosas las estamos pagando de las arcas municipales. Se le ha hecho mucho daño a los vecinos con informaciones contradictorias. Nuestra postura sigue siendo consecuente: esta no es una decisión política sino de los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente; nosotros acatamos lo que digan, sea a favor o sea en contra, pero pedimos que el pueblo de Los Santos sea compensado por estos años de incertidumbre».
En Villafranca de los Barros, donde la población estaba fuertemente dividida entre el sí y el no a la refinería, la decisión ministerial ha sido acogida con una actitud bastante tranquila por parte de la ciudadanía. No así los colectivos directamente implicados en una lucha que dura ya siete años, cuyos responsables se han expresado con claridad desde el jueves.
En otros ámbitos de la población la noticia ha caído como un jarro de agua fría, sobre todo entre aquellas personas -se calcula que alrededor de un millar- que en su día entregaron currículos en el Centro de Empleo y Desarrollo Local con la esperanza de que la aprobación del proyecto industrial del Grupo Alfonso Gallardo les pudiera incluir a ellos entre esos 3.000 puestos de trabajo que podría crear la refinería de petróleo. Muchos de ellos no pierden la esperanza de que así sea, pues confían en que las alegaciones posteriores a la DIA definitiva puedan hacer desistir al Gobierno de la decisión de tumbar la refinería para Extremadura.
Por otro lado, en Almendralejo el presidente de la Coordinadora de Empresarios de Almendralejo, Carlos Briz, cree que tanto José Antonio Monago como Guillermo Fernández Vara deben ir a Madrid juntos a solicitar al gobierno central que permita la instalación de la refinería de petróleo.
En su opinión, la declaración de impacto ambiental negativo que ha obtenido el proyecto va a suponer que Extremadura tenga «un problema, pero no hoy sino en el futuro», ya que considera que de este proyecto dependía el sustento económico de la Administración regional en un futuro.
Briz asegura que será la ciudad más perjudicada, puesto que es la de mayor tamaño en los alrededores de donde se pretendía ubicar la planta. Por eso cree que serían muchos los que se hubieran trasladado a residir en esta ciudad, con lo que «se revitalizaría la construcción», al igual que otros sectores como la alimentación, el textil, la restauración o la hostelería.
En Zafra, como en resto de localidades mencionadas, también hay división de opiniones. Pero la Asociación de Empresarios de Zafra es contundente y califica el impedimento para construir una refinería de «canallada». Y añade la nota hecha pública: «Teníamos en la mano la solución a la crisis económica en el sur de Extremadura y con esta DIA negativa se ha condenado al retraso a una comunidad que tenía un gran porvenir. La gran mayoría de los jóvenes tendrán que volver a emigrar deprimiéndose aún más nuestra región, que no recaudará los impuestos por esta industria».
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