La noticia se conoció ayer. El gobierno de Rajoy ha ofrecido la presidencia del Instituto Cervantes -entidad que sirve para promover la lengua y la cultura españolas en el mundo- a la misma persona escribió estas líneas el pasado 5 de noviembre en el diario El País, en plena campaña electoral del 20N y en apoyo de las candidaturas de UPyD:
“Tengo una desconfianza instintiva a las mayorías absolutas, que pueden alentar iniciativas arbitrarias y hasta autoritarias en los gobiernos que las detentan. En el caso español, me preocupa que, si el PP la obtiene, su ala más conservadora, impulsada por razones religiosas, empuje al Gobierno de Rajoy a deshacer, o aguar hasta vaciarlas de contenido, las reformas sociales más avanzadas aprobadas por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y que, a mi juicio, han hecho progresar la cultura de la libertad en España, como la ley que autoriza los matrimonios gays, la ampliación de la ley del aborto y los derechos de la mujer, temas en los que hoy España se encuentra a la vanguardia. UPyD es un partido clara- mente comprometido con reformas genuinamente liberales de esta índole y estoy seguro de que las defenderá con convicción en el Parlamento.”
Dejando a un lado que no sé qué puñetas tiene de “liberal” liquidar el derecho a vivir de los más inocentes e indefensos -antes bien, me parece un planteamiento radicalmente antiliberal, pues liquida el derecho más elemental de todo ser humano-, me pregunto si no había otros candidatos más adecuados a presidir esa entidad. No cuestiono los méritos literarios de Mario Vargas Llosa -no es ése el objeto de estas líneas-, pero me pregunto qué clase de embajador cultural de España puede ser quien defiende una ley hecha sobre la mentira de que un ser humano en edad prenatal no es humano y por tanto se le puede matar. No sólo la defiende, sino que considera que esa aberración jurídica ha hecho “progresar la cultura de la libertad en España”, llevando a nuestro país a “la vanguardia” en esa cultura (curiosa confusión, por cierto, entre la “cultura de la libertad” y la “cultura de la muerte”).
Hay que decir que esta noticia se produce en un momento en el que el PP, casi dos meses después de ganar las elecciones y casi un mes después de asumir el poder, aún no ha mostrado voluntad alguna de variar la legislación abortista que dejó Zapatero. A lo mejor es que Rajoy piensa que hay cosas más urgentes que acabar con una ley injusta, inhumana y anticientífica que ampara la eliminación diaria de 300 vidas humanas. Para que nos hagamos una idea, a ese ritmo en los 27 días que lleva de mandato ya se habrá matado a más de 8.000 niños y niñas en edad prenatal. Y en vez de ponerle freno a esta lacra, lo que hace el gobierno es poner a una defensora de la anticientífica Ley Aído como Secretaria de Estado de Investigación y ahora proponer a un defensor de esa misma ley como presidente del Instituto Cervantes. Esto no es un “cambio”: esto es un timo a los votantes del PP.
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