Las suspicacias que parecía tener la Junta de Andalucía sobre el oleoducto del empresario extremeño Alfonso Gallardo han desaparecido. El riesgo del proyecto estaba no ya en los doscientos kilómetros de tubería que recoge y que enlazaría el puerto de Huelva con los Santos de Maimona, en Badajoz, donde se construiría la Refinería Balboa, sino en los casi seis millones de toneladas de crudo que tendrían que desembarcarse al año en la zona de influencia del Parque de Doñana, que se sumarían así a las de Cepsa, con el consiguiente riesgo de episodios contaminantes.
La Junta de Andalucía va a presentar hoy en el Consejo Rector de Participación Ciudadana de Doñana un informe en el que da el visto bueno al proyecto de oleoducto de Gallardo, aunque con advertencias sobre la conveniencia de preservar en todo momento el medio ambiente. A partir de aquí serán los ministerios de Industria y Medio Ambiente los que decidan definitivamente sobre la viabilidad definitiva del proyecto. Es decir, el futuro Gobierno de Mariano Rajoy, ya que Rosa Aguilar y Miguel Sebastiánacaban de traspasar sus poderes.
La decisión de la Junta, en todo caso, encierra toda una estrategia que se ha desarrollado en los últimos meses y que se remonta a un pacto político de gran calado. El desembarco de Gallardo en Andalucía con su proyecto de oleoducto bajo el brazo se produjo hace más de un lustro. De forma paralela a la iniciativa industrial del empresario extremeño, Gallardo se hizo con elcontrol de varios diarios provinciales, que pertenecían al Grupo Prisa. La precaria situación de estos periódicos, ubicados en Sevilla, Huelva y Jaén, más participaciones en Almería, obligó a Prisa a buscar comprador. Gallardo era un advenedizo en el mundo de los medios escritos, pero los oficios del entonces consejero Gaspar Zarrías, mano derecha de Chaves, consiguieron convertirlo en el editor adecuado, con liquidez suficiente para soportar la compra y mantenimiento.
Las dificultades para poner en marcha el proyecto del oleoducto, cuestionado incluso por la Unesco, la crisis de la prensa y la demora de la Junta en atender los intereses de Gallardo, empujaron al empresario extremeño a abandonar el grupo de medios desde el que acarició la idea de construir el mayor holding mediático de Andalucía, con el apoyo político del PSOE-A y la Junta.
Por lo que pueda pasar en marzo
A pocos meses de las elecciones autonómicas, el PSOE-A parece querer cumplir su compromiso y lo va a hacer en la próxima reunión del Consejo Rector de Doñana, que se celebra esta semana. El informe que va a presentar la Consejería de Medio Ambiente da vía libre al proyecto de Gallardo, con la intención de compaginar conservacionismo y desarrollo de la comarca.
Para justificar esta decisión, en los últimos meses, representantes del Grupo Gallardo han desarrollado una intensa labor reuniéndose con sindicatos y empresarios, que en todo caso han puesto de relieve la necesidad de crear riqueza y empleo en unas circunstancias como las actuales. En todo caso, la mayor parte del empleo que crearía este proyecto, por imposición de Rodríguez Ibarra, cuando era presidente, beneficiará a Extremadura y no a Andalucía.
Las circunstancias han cambiado radicalmente desde que el proyecto de la Refinería Balboa se presentó en sociedad: en Extremadura gobierna el PP deMonago, con el apoyo de una IU que se ha pronunciado contra la iniciativa de Gallardo; en Madrid va a cambiar el Gobierno, y en Andalucía, todo apunta a que dentro de cuatro meses el PSOE puede abandonar la Junta. En cualquier caso, Gallardo no podrá decir que los socialistas no han cumplido con él por lo que a Andalucía respecta. Antes de lo que pueda pasar en marzo, el empresario extremeño va a contar con un informe favorable de la Junta. Otra cosa será lo que diga después el Gobierno de Rajoy.
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