Los últimos días de Leire Pajín como ministra de Sanidad e Igualdad, unidos al amor que se profesan dos pingüinos machos en un zoológico de Canadá. Como metáfora de su accidentado paso por el Gobierno, pocos casos serían tan ilustrativos como éste. Dos pingüinos africanos cautivos en el zoo de Toronto iban que ser separados después de que sus cuidadores advirtiesen que uno de ellos asume el rol de hembra.
Así lo explicaron portavoces del zoologico al canadiense TheStar.com, que añadieron que el objeto de la separación es hacer que ambos se relacionen con hembras para que puedan procrear.
Al enterarse de la pretensión del zoológico de Toronto de separar a los dos individuos machos, el Ministerio español de Sanidad e Igualdad ha contactado con sus responsables para adquirir los dos ejemplares y que éstos puedan vivir su ‘tórrido romance’ homosexual en un zoológico de la capital de España. Así lo cuenta hoy la edición digital de Toronto Sun. Señala que una responsable española de la Dirección General de Igualdad viajará esta misma semana a la ciudad canadiense para concretar el acuerdo.
Según el citado medio, las autoridades canadienses exigirían asimismo la presencia de un equipo técnico formado por veterinarios, biólogos y al menos un especialista en Protección Ambiental. Canadá es uno de los países más rigurosos de todo el mundo en el cumplimiento de la normativa sobre derechos y protección de especies animales.
Aunque no se precisan cifras, la obsesión del Gobierno comatoso de Zapatero por las uniones homosexuales, aún tratándose de la de pingüinos confortablemente instalados en las Antípodas, tendría un coste mínimo de 30.000 euros, sin contar los gastos del traslado de sendas aves marinas.
Comportamientos no excepcionales
Los comportamientos homosexuales en el mundo animal, sin ser habituales, no son excepcional. De hecho, en 2009, los responsables del zoo de Bremenhaven (Alemania) asistieron a un caso similar al que hoy observan sus colegas de Toronto.
Los pingüinos –Buddy, de 20 años, y Pedro, de 10- llegaron al zoo canadiense en mayo y forman parte de una manada de doce individuos, seis machos y seis hembras. Según han observado los biólogos del centro, ambos han desarrollado patrones de comportamiento propios del cortejo de los machos y las hembras, y han llegado a aparearse. A pesar de que el zoológico tiene pingüinos africanos desde 1993, los expertos del centro dijeron no haber observado nunca un comportamiento así en esta especie.
Más caros que un caballo de pura raza española o un toro de lidia.
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