En España se ha hablado muchas veces del divorcio entre la clase dirigente y el pueblo. Tras la farsa iniciada por ETA el miércoles ya tenemos dos ejemplos más de la escasa representatividad social que tienen ciertas actitudes de nuestros políticos.
Ayer El País, uno de los periódicos que con más descaro ha tratado de disfrazar el cínico anuncio de ETA como si fuese el fin del terrorismo, publicaba los resultados de una encuesta sobre la cuestión. El País ocultaba el dato más llamativo en el texto de la noticia, sin referencia alguna en el titular: “hasta un 53% de los españoles no cree que suponga realmente el final del terrorismo”. Es decir, que la mayoría de los españoles contradice la injustificada euforia y las prisas de El País por dar por finiquitado el terrorismo etarra sin que ETA se haya disuelto, ni haya entregado las armas ni se haya arrepentido de sus crímenes.
El Mundo: sólo 3 de cada 10 españoles se ha creído esta farsa de ETA
Hoy lunes El Mundo publica otra encuesta sobre el tema en su edición impresa con este titular: “El 69% cree que ETA no ha renunciado al terrorismo”. El dato es aún más demoledor que el de El País, pues supone que sólo 3 de cada 10 españoles suscriben la incomprensible confianza en ETA que ha manifestado casi toda nuestra clase política en lo que respecta al citado anuncio de los asesinos. Con estos datos, no debe extrañarnos un cambio en la tónica informativa de ciertos medios afines al gobierno: hoy El País relega el asunto de ETA a una esquina de su portada, mientras que la única mención a ETA en la portada de Público es por unas declaraciones de Esteban González Pons. Parece que el globo de la euforia se les ha desinflado rápidamente. A lo mejor ya se han dado cuenta de que la maniobra del PSOE para sacar tajada electoral de esta nueva claudicación ante ETA les está saliendo por la culata.
La excepción: tres partidos minoritarios y dos dirigentes del PP
La ingenua actitud de la clase política ante el anuncio de ETA ha tenido pocas excepciones: UPyD, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias y dos dirigentes del PP: Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre. Son los únicos políticos de cierto peso que se han negado a mostrar su confianza en las mentiras de ETA. Bueno, ellos y el 69% de los españoles.
Del resto de partidos con representación era más que previsible la reacción de la izquierda y de los nacionalistas, pero ¿alguien se explica que Rajoy diese crédito a un gobierno que ha mentido hasta el hartazgo en esta cuestión e incluso a una banda de asesinos que usa la mentira como arma propagandística? ¿Cómo explicar esa actitud mientras las víctimas acogían con dolor, escepticismo y humillación este nuevo chantaje de ETA? ¿Es así como piensa honrar a las víctimas del terrorismo, dando crédito a los asesinos que les destrozaron la vida?
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