Una agonía de 14 días hasta morir de hambre y sed: ¿es eso la ‘muerte digna’?
Lo ocurrido con Ramona Estévez sienta un peligroso precedente en España, y eso sin que haya llegado a aprobarse aún el nefasto proyecto de ley que el gobierno socialista pretendía usar de puente para legalizar prácticas eutanásicas en España. No me gustaría estar en la piel de ninguna persona mayor en coma después de lo que le han hecho a Ramona, sin que ésta dejase documento alguno solicitando un trato tan cruel, y sin que el asunto haya tenido ni de lejos la relevancia mediática que se le da a cualquier partido de la liga de fútbol. Eso sí, toda la propaganda y todas las mentiras de los promotores de la eutanasia se vienen abajo con este caso. Ni voluntad del paciente, ni decidir sobre la propia vida, ni muerte dulce, ni rechazo del ensañamiento terapéutico (alimentar e hidratar al paciente es un cuidado básico al que tiene derecho todo paciente, no un tratamiento médico). En cualquier caso, si los partidarios de la eutanasia aún creen que esto es “muerte digna”, demuéstrenlo pidiendo que, llegado el día, les apliquen el mismo trato cruel que ha recibido Ramona. Al menos ellos podrán tomar esa decisión sobre su propia vida, algo que a Ramona se le ha negado.
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