La negativa del PSOE a apoyar la moción que Convergència i Unió (CiU) presentó el pasado martes en el Congreso para que el Estado pague a Cataluña los 1.450 millones de euros que le corresponderían este año por el Fondo de Competitividad tendrá consecuencias. “El tema subirá en decibelios después de las elecciones municipales”, advierte a El Confidencial un alto cargo del Gobierno catalán, que preside Artur Mas. ¿La clave? La internacionalización del tema. Poner en evidencia al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ante las instituciones europeas.
La lectura que se hace desde la plaza de Sant Jaume, sede de la Generalitat, es sencilla: “España está intervenida técnicamente. Pero tenemos un presidente, Zapatero, que ya ha dicho que no repetirá, y una ministra de Economía, Elena Salgado, que sólo piensan en su prestigio personal. Su intención es evitar la intervención formal. Y quieren sujetar el déficit estrangulando a las comunidades autónomas. Salgado tiene una fecha en su mente: el 1 de enero del 2012, cuando ya haya cerrado el ejercicio del 2011. No le interesa que pase nada hasta entonces. Por eso, intenta que pase el tiempo y trampear para que los números no se le desboquen, ya que no quiere pasar a la historia como la ministra que llevó a la intervención formal de España. Pero ni uno ni otro actúa con responsabilidad, sino que sólo van a intentar salvar su crédito personal”.
La batalla que libran ahora el Gobierno central y el catalán tiene dos tiempos. La primera etapa se centrará en la negociación de los presupuestos catalanes, que se espera que sea antes del verano. Cataluña funciona con los presupuestos prorrogados, ya que el Parlamento se disolvió a comienzos de otoño para que se pudieran celebrar las elecciones autonómicas. Por tanto, se han de aprobar las cuentas de este año. El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero quiere que los recortes alcancen el 20% y la Generalitat no está dispuesta a recortar más que el 10%.
“Seremos el termómetro que dirá si España sale o no sale”
Y la negociación de estos presupuestos tensará la cuerda. La cúpula de CiU está convencida de que ésa será, precisamente, su principal baza para doblegar al Gobierno central. “Nosotros seremos el termómetro que dirá si España sale o no sale. Si el proyecto de ley de presupuestos explicita y reconoce que no se cumplirá el objetivo de déficit del 1,3% del PIB como quiere el Gobierno de Madrid, sino que será de casi el 2,5%, como dijo el consejero de Economía Andreu Mas-Colell, ya tenemos un impacto muy serio”, dicen desde la Generalitat. En ese momento, se abre la cuenta atrás para la aprobación de los presupuestos. “O el Estado afloja la mosca y pone el dinero o amplía el margen de déficit. Y Salgado tiene dos caminos: transferir recursos a las comunidades autónomas o recortar más gasto de la Administración General del Estado. Las comunidades ya intentamos recortar lo posible, pero es hora de decirles a ellos que, por favor, también adelgacen un poco”.
Para los nacionalistas catalanes, Europa mirará con lupa los presupuestos de Cataluña y es ahí donde tienen las de ganar frente al Ejecutivo central. “Tenemos un consejero de Economía reconocido internacionalmente. Y tenemos al señor Artur Mas, que hace un año salvó a España de ser intervenida. Por tanto, nuestro crédito internacional es más alto que el tándem del Gobierno que forman Zapatero y Salgado. Además, tenemos la credibilidad de un Gobierno serio y riguroso, al que no le tiembla la mano a la hora de cumplir con su obligación. La prueba está en que, en época electoral, tenemos manifestaciones todos los días por los recortes. Pero éstos son necesarios y hay que llevarlos a cabo. Cuando Europa vea que es precisamente Cataluña, con un Gobierno serio, la que no puede cumplir por culpa de la estrategia de Zapatero, le exigirán a éste responsabilidades”, señalan. “Porque ante Europa ha de presentar unos números correctos y no podrá excusarse en que las comunidades gastan mucho o poco. No puede echarnos la culpa, porque lo que mirará la UE es el déficit de la Administración General del Estado. En esa situación, incluso se podría provocar la intervención de España. Y si España cae, ya veremos si eso no tiene consecuencias también para el sistema monetario o si tendría que salir del euro”.
En CiU, además, no ahorran críticas hacia el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) por no votar su moción en el Congreso para que se abone la cantidad pactada del Fondo de Competitividad -con esos 1.450 millones, el Gobierno catalán podría sujetar el déficit-. Este desmarque del PSC en plena campaña electoral, desató ayer un aluvión de críticas de los restantes partidos: CiU, ERC, ICV e incluso el PP se posicionaron unánimemente en contra de que el PSC se alinease con el PSOE, aunque en realidad la excusa de los socialistas era que ellos votarían su moción, que ya estaba consensuada con el PSOE. Y esta moción exigía al Gobierno central una negociación bilateral para solucionar el conflicto.
Ayer, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida volvió sobre el tema en un mitin realizado por la noche en Sant Adrià del Besòs. “La realidad es que el Gobierno no quiere negociar y no quiere pagar. Ha cerrado las puertas al diálogo y no permite ninguna negociación. La vicepresidenta Elena Salgado es como un muro de piedra, inflexible, y ni tan sólo nos escucha”, clamó el líder democristiano. Por lo que creen en el Gobierno catalán, en ese muro ya han encontrado un resquicio por el que pasar.
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