lunes, 11 de abril de 2011

El sector de Griñán tensa la cuerda con Chaves y exige a Pizarro que deje su escaño

Manuel Chaves y José Antonio Griñán en un acto de partido del PSOE andaluz.

POR DECLARAR QUE SU PRESIDENTE DE LA JUNTA SIGUE SIENDO MANUEL CHAVES.

El último órdago del ex consejero Luis Pizarro a Griñán ha introducido la crisis y división interna del PSOE-A en el Grupo Parlamentario. El hecho de que Pizarro haya dicho públicamente que él sólo reconoce como presidente de la Junta a Manuel Chaves ha creado un fuerte malestar en el sector de Griñán, que está dispuesto a obligarle a que abandone el Parlamento andaluz dejando sobre la mesa su acta de diputado. “Si no acepta la disciplina del presidente de la Junta y secretario general del partido, qué sentido tiene que siga en el Grupo Parlamentario”.

El temor de los griñanistas radica en la posibilidad más que real de que Pizarro se atrinchere con sus diputados leales en el Grupo Parlamentario socialista y empiece a plantear iniciativas que pongan en serios compromisos a Griñán. En principio, Pizarro, ante una manifestación de trabajadores de Delphi, en Cádiz, que le han recordado a Chaves que tenía con ellos un compromiso de garantizarles empleo, les ha prometido que pedirá una solución para su problema al Gobierno de la Junta. 

Si de estos contactos no salen soluciones, el escudero de Chaves podría plantear una iniciativa parlamentaria para que el caso Delphi se tratarse en la Cámara autonómica. Tanto él como Chaves salvarían su compromiso con Delphi, al que llegaron antes de que Griñán fuera presidente, pero el PSOE se vería en una encerrona parlamentaria.

En el sector que apoya a Griñán ya hay quienes analizan detalladamente de cuántos diputados podría disponer Pizarro si lleva a cabo el pulso parlamentario que se teme. El propio Griñán desconfía de que el pacto de no agresión al que se llegó con la mediación de Rubalcaba, se cumpla. El hecho de que Chaves haya permitido que tanto Pizarro como González Cabaña, en su presencia y de forma pública, le hayan convertido en presidente de facto de la Junta –“para mí, tú eres el presidente de la Junta”, dijo el primero- supone “una descalificación intolerable” hacia el actual titular del Gobierno andaluz.

La ‘traición’ de Mario Jiménez

La batalla que se va a librar en el seno del Grupo Parlamentario tiene una figura clave, la del portavoz Mario Jiménez. Mano derecha de Pizarro cuando éste era número dos del PSOE en Andalucía, Jiménez entró en el equipo de confianza de Griñán, con Rafael Velasco, que tuvo que abandonar la política por las denuncias sobre el cobro de subvenciones de una empresa de su mujer. Elegido portavoz socialista en el Parlamento, Mario Jiménez, que no ha cubierto las expectativas, es considerado hoy un “traidor” por el clan de Chaves-Pizarro. Y por otra parte, este portavoz parlamentario ha perdido la confianza del propio Griñán, por las críticas que ha despertado en el partido, donde se le acusa de no saber dirigir el Grupo socialista, que ha llegado incluso a votar por error a favor de enmiendas del PP.

Las maniobras que se suceden en el entorno de Pizarro pueden derivar en una petición a Chaves para que se presente como candidato en 2012 a la presidencia de la Junta en las elecciones autonómicas. De hecho, las declaraciones públicas tanto del propio Pizarro como de Cabaña asegurando que su mentor es el mejor presidente de la Junta, es para algunos la prueba de que ante la debacle que se espera en las municipales del 22 de mayo, la incapacidad de Griñán para controlar la crisis y la inexistencia de alternativas, Chaves puede ser quien al final tenga que salvar el reto de las próximas autonómicas. 

Para ello, en el sector de Pizarro hay quien alude al hecho de que Rubalcaba es un ejemplo similar a lo que podría pasar con Chaves, la toma de poder de un político curtido en una situación crítica en la que el PSOE no sólo se juega ya un resultado electoral sino el hundimiento de la propia organización que no sería capaz de sobrevivir en la oposición donde miles de militantes hoy colocados quedarían a la intemperie.

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