Mario Fernández, presidente de BBK (EFE).
LOS DIRECTIVOS NO SE BAJAN LOS SUELDOS.
Ronda la cincuentena. No quiere dar su nombre y apellidos por temor a represalias. A mitad de la semana pasada, tras más de una década en Cajasur, le anunciaron el despido. Él no se acogió al plan de bajas incentivadas. Hoy pasará su primer lunes al sol. “Es muy arriesgado montar algo por mi cuenta, estoy buscando trabajo y el empleo está muy difícil, sobre todo a la gente de mi edad”, confiesa.
Pedro (nombre ficticio, caso real) es uno de los 151 empleados despedidos a la fuerza en la BBK Bank Cajasur. “Los prejubilados han tenido un tratamiento de oro [87% de sueldo más 30.000 euros lineal]. ¿Por qué dejan tirados a la gente menos colocable? No se entiende bien”. El plan en la entidad cordobesa contemplaba 240 despidos, de los que 89 han sido voluntarios y 151 obligatorios (el 90% entre 43 y 53 años). ¿Objetivo? Ahorrar en personal entre 40 y 45 millones de euros. Eso sí, los directivos no se reducen los sueldos.
“En Córdoba se respira un ambiente de gran hostilidad a la BBK. Nadie esperaba esto, después de jubilaciones de guante blanco”, recalca Pedro. Fuentes oficiales de la caja insisten en que el acuerdo se firmó sin problemas. “Hay que agradecer la responsabilidad de todos los sindicatos. Para asegurar la viabilidad era inevitable este ajuste de plantilla”, destacan estas mismas fuentes.
En los servicios centrales, donde se ha reducido el 50% del personal, ahora se lamentan cómo el acuerdo laboral con Unicaja del año pasado, frustrado en el último momento como adelantó en exclusiva El Confidencial el 21 de mayo de 2010, era mucho más favorable: “Eran 500 personas y todas prejubilaciones”, señalan fuentes próximas a Cajasur. Una fuente oficial precisa: “Bueno, eso no es exacto. Hay que recordar el informe de la consultora Boston Consulting Group, que contemplaba un recorte de 1.000 personas”.
Sí hay unanimidad en lamentar la gestión del Cabildo Catedralicio de Córdoba en las negociaciones de 2010 entre Santiago Gómez Sierra, ex presidente de Cajasur y el presidente de Unicaja, Braulio Medel. “Los curas metieron la pata. Argumentaban que no quería entregar la Cajasur a Medel para salvaguardar el empleo, pero ahora vienen más despidos: en la Obra Socio Cultural y en las empresas participadas”, precisan fuentes próximas a la caja. Al final de todo este proceso, entre jubilaciones, prejubilaciones y despidos, la cifra podría alcanzar las 1.200 personas, como ya publicó este diario.
En la nueva Cajasur se salvan de la quema la esposa del candidato del PP a la Alcaldía de Córdoba, José Antonio Nieto, o el hijo del alcalde de IU, Andrés Ocaña. Y se beneficia a José Ignacio Torres, presidente de Aspromonte, sindicato mayoritario en Cajasur, nombrado vocal del Patronato de la Fundación Cajasur. Torres ‘celebra’ el acuerdo laboral.
A quién sí ha afectado la reducción personal (aunque en este caso no como despido, sino como prejubilación) es Jesús López-Raya Serrano, jefe del servicio médico de Cajasur e íntimo amigo del ex presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, Fray Langostino. La BBK ha externalizado los servicios médicos de la caja al contratar a una mutua. López Raya comparte con Castillejo desayunos de menta poleo en El Huevo, un céntrico café del centro de Córdoba.
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