A todo extranjero que hemos pisado suelo británico nos ha ocurrido. El clásico «Look Right» pintado sobre el asfalto de las principales calles londinenses advierte a turistas despistados del sentido inverso de la circulación de automóviles en este país. No sirve de nada, nuestro cuerpo nos pide mirar hacia el otro lado. Hay que llevar los ojos como platos o terminaremos con los platos como ojos. Precisamente, «losplatoscomoojos» es el nombre del blog en el que hemos encontrado algunas explicaciones a la singular forma de conducción inglesa.
Aunque existen algunos vestigios que sitúan esta curiosa regla de circulación en la época del imperio romano (en 1988, un grupo de arqueólogos descubrió un camino que había pertenecido a los romanos, cuyos surcos indicaban que el tránsito se realizaba por la izquierda), parece que los fundamentos debemos encontrarlos en la Edad Media. Para facilitar la libertad de movimientos durante los torneos, los caballeros tomaban sus lanzas con la mano derecha y competían a la derecha del rival. De hecho, la costumbre del sentido provenía de una ulterior separación entre clases sociales que otorgaban a caballeros y nobleza el derecho a moverse hacia la izquierda, mientras que el pueblo y los pobres en general tenían que utilizar la derecha.
Con el descubrimiento del nuevo mundo, el desarrollo del comercio y el transporte de los productos agrícolas, los primeros carros de caballos comenzaron a conducirse por la izquierda. El motivo principal es que los cocheros utilizaban el látigo de fustigar con la mano derecha, mientras tenían el control de las riendas con la izquierda. Además, esta combinación no les permitía conducir por el lado diestro, ya que, de otra forma, después de castigar al animal, el látigo podría lastimar a los viandantes que paseaban junto al carruaje o a otros pasajeros que venían en dirección opuesta. Por tanto, la circulación por la izquierda era la solución más lógica a este procedimiento.
Tras la Revolución Francesa y la imposición napoleónica de conducir por la derecha, casi la totalidad de los países europeos, influenciados o conquistados por Francia, adaptaron esta regla. La excepción, una vez más, fue Inglaterra, nación que el zurdo de Napoleón no consiguió conquistar y que siguió fiel a su tradición que exportaría, más adelante, a sus principales colonias intramares.
En la actualidad, el 34% del mundo (considerando la población de los países) conduce por el lado izquierdo de la carretera, mientras que un 66% lo hace por la derecha. Si tenemos en cuenta el número de kilómetros de carreteras, el 28% conduce por la izquierda; 72% por el lado opuesto.
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