Ruiz Mateos con su familia.
Ruiz-Mateos asegura que los 5.000 inversores no tienen peligro en sus pagos.
Clesa, Dhul, Trapa, Menorquina y el Rayo Vallecano, en suspensión de pagos.
La presión de los acreedores del conglomerado de empresas de la familia Ruiz-Mateos, que van desde la Seguridad Social a la banca pasando por los ganaderos, ha obligado al grupo Nueva Rumasa a iniciar el concurso de acreedores de sus 10 mayores empresas.
La decisión de acogerse al artículo 5.3 de la Ley Concursal, que Ruiz-Mateos atribuye a la "bestial campaña" iniciada contra el grupo y "para salvaguardar los intereses de sus clientes, trabajadores y proveedores"; les concede un plazo de tres meses para negociar con sus acreedores y evitar declararse insolvente.
Transcurrido este plazo contará con otro mes más para presentar concurso de acreedores formalmente, que a su vez prevé dos meses más de negociaciones. La decisión ha tenido lugar después de varias operaciones para captar fondos de particulares, que según datos publicados hoy por Cinco Días, alcanzarían a unos 140 millones de euros provenientes de 5.000 inversores.
El fundador del grupo Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, acompañado de sus seis hijos varones, ha confirmado que las empresas afectadas por esta situación preconcursal son: la lechera Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Carcesa, Menorquina y Rayo Vallecano.
En este sentido, Ruiz-Mateos ha confirmado que estas diez empresas no cesarán sus actividades ya que "es una situación pre-concursal y tenemos cuatro meses para negociar con los acreedores".
Asimismo, ha asegurado que los 5.000 inversores que han confiado en la compañía con la suscripción de pagarés o participaciones no tienen en peligro sus pagos y que cumplirá con todas sus obligaciones. "Si no pudiera satisfacer esa obligación y no tuviera fe, me pegaría un tiro" ha agregado.
Negociaciones con un grupo inversor
Según el consejero delegado de la empresa, José María Ruiz-Mateos Rivero, la compañía mantiene conversaciones "muy avanzadas" con un grupo inversor que prevé tomar una participación minoritaria aún por determinar e inyectar capital en el grupo, con una aportación que inicialmente cifran hasta en 500 millones de euros.
El grupo de empresas de la familia suma una deuda bancaria total de 700 millones de euros, frente a un patrimonio de 6.000 millones de euros.
Ruiz-Mateos asegura que los 5.000 inversores no tienen peligro en sus pagos.
Clesa, Dhul, Trapa, Menorquina y el Rayo Vallecano, en suspensión de pagos.
La presión de los acreedores del conglomerado de empresas de la familia Ruiz-Mateos, que van desde la Seguridad Social a la banca pasando por los ganaderos, ha obligado al grupo Nueva Rumasa a iniciar el concurso de acreedores de sus 10 mayores empresas.
La decisión de acogerse al artículo 5.3 de la Ley Concursal, que Ruiz-Mateos atribuye a la "bestial campaña" iniciada contra el grupo y "para salvaguardar los intereses de sus clientes, trabajadores y proveedores"; les concede un plazo de tres meses para negociar con sus acreedores y evitar declararse insolvente.
Transcurrido este plazo contará con otro mes más para presentar concurso de acreedores formalmente, que a su vez prevé dos meses más de negociaciones. La decisión ha tenido lugar después de varias operaciones para captar fondos de particulares, que según datos publicados hoy por Cinco Días, alcanzarían a unos 140 millones de euros provenientes de 5.000 inversores.
El fundador del grupo Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, acompañado de sus seis hijos varones, ha confirmado que las empresas afectadas por esta situación preconcursal son: la lechera Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Carcesa, Menorquina y Rayo Vallecano.
En este sentido, Ruiz-Mateos ha confirmado que estas diez empresas no cesarán sus actividades ya que "es una situación pre-concursal y tenemos cuatro meses para negociar con los acreedores".
Asimismo, ha asegurado que los 5.000 inversores que han confiado en la compañía con la suscripción de pagarés o participaciones no tienen en peligro sus pagos y que cumplirá con todas sus obligaciones. "Si no pudiera satisfacer esa obligación y no tuviera fe, me pegaría un tiro" ha agregado.
Negociaciones con un grupo inversor
Según el consejero delegado de la empresa, José María Ruiz-Mateos Rivero, la compañía mantiene conversaciones "muy avanzadas" con un grupo inversor que prevé tomar una participación minoritaria aún por determinar e inyectar capital en el grupo, con una aportación que inicialmente cifran hasta en 500 millones de euros.
El grupo de empresas de la familia suma una deuda bancaria total de 700 millones de euros, frente a un patrimonio de 6.000 millones de euros.
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