Foto:Francisco Pulido
A larga lista de gastos gastronómicos de Pulido y su gobierno se suma un sinfín de desayunos a costa de la Diputación.
El célebre «café para todos» de Manuel Clavero Arévalo en los albores del proceso autonómico andaluz se queda corto en comparación con la fiebre «cafetera» del presidente de la Diputación, Francisco Pulido, y de algunos miembros de su gobierno. Los desayunos a costa de las arcas de la institución provincial van y vienen en el Palacio de la Merced, al punto de que, de la extensa relación de facturas que los diputados imputan cada año a los presupuestos, una parte voluminosa de ellas se reduce a un café. A un triste café de 1,10 euros. Con la particularidad de que el consumidor es una autoridad y, a diferencia de un ciudadano corriente, no lo paga de su propio bolsillo.
Del listado de operaciones contables de Hacienda, al que ha tenido acceso ABC, se desprende que una cafetería muy próxima a la sede de la institución es un auténtico hervidero de diputados cada mañana. La barra y mesas de este bar funcionan como una dependencia anexa a la Casa Palacio, donde deben de desarrollarse cruciales reuniones de trabajo que exigen, obligatoriamente, un café bebido. Otras veces, el café se sirve en bandeja por un camarero o funcionario en el mismo despacho del presidente, que a veces ofrece el piscolabis de cortesía a las autoridades que recibe. Pero no siempre.
Desayunos
A veces, el desayuno es unipersonal. Por ejemplo, el 25 de mayo de 2010 la Diputación costeó una factura de 1,9 euros cuyo concepto era «café Presidencia». Otro botón de muestra: el 6 de junio del pasado año, se gastó 4,8 euros en «desayuno Presidencia», que se multiplicaron casi por cuatro el día 15 (17,80 euros) y, tres días después, la cuantía de los cafés llegó a 32 euros. Faltarían líneas en esta página para dar cuenta de todos los desayunos, con sus respectivas fechas, que han consumido los señores diputados a cargo de la Corporación. Pero, si revelador es que se presenten recibos por semejante quincalla monetaria, aún más chocante resulta el hecho de que el Área de Presidencia disponga de una máquina de café, que proporciona unos quizás no tan suculentos a los paladares finos, pero, sin duda, más leves para las escuálidas arcas públicas, que este año ha sufrido también el zarpazo de la crisis. De hecho, hay dos facturas que rezan «trabajos realizados en cafetera de Presidencia» por importe de 40,71 y 215,94 euros durante 2010.
Comidas en un italiano
Luego está el asunto de las comidas. Aparte de las que «convocan» los diputados socialistas tras celebrar plenos en conocidos restaurantes de la capital, están los almuerzos con un único comensal o, a lo sumo, dos en otro clásico en la «ruta» gastronómica de la Diputación, un italiano a escasos metros del Palacio de la Merced.
No hay mes en que Pulido, solo o, a veces, acompañado por su jefe de gabinete, José Luis Lechado, no pruebe su exquisita pasta, especialidad de la casa. Al menos eso se desprende de la cuantía de algunas facturas. En junio de 2009, por ejemplo, ambos comieron allí a cuenta de la institución. Ese mimo mes, un año después, acudieron al local de la calle Reyes Católicos los días 7, 14, 15, 22 y 23, con recibos que oscilan entre los 35 y 40 euros.
Por último, el «barrido» que ha hecho este diario por los gastos de manutención y desplazamiento del gobierno socialista ofrece otros detalles llamativos, como el cúmulo de recibos de taxis que presenta ante Hacienda Lechado.
Sólo entre enero y noviembre de 2010, este asesor gastó en el citado medio de transporte casi 200 euros en catorce viajes. Huelga decir que ninguno de estos salió de su nómina, que en 2007 se acercaba a los 55.000 euros anuales.
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