La caja vasca BBK, a la que el Banco de España adjudicó hace cuatro meses Cajasur tras una subasta, prepara un severo ajuste de empleo en la entidad cordobesa que hasta entonces manejaba la Iglesia. BBK quiere ahorrarse unos 50 millones de euros anuales en personal, lo que pondrá en riesgo, al menos, entre 600 (si entran directivos) y 1.000 puestos de trabajo (si se trata de empleados rasos), según fuentes de Cajasur. Un portavoz de BBK ni confirmó ni desmintió ayer la información.
Cajasur tiene una plantilla muy inflada debido a la política de contratación seguida por los sucesivos gestores eclesiásticos. Un informe elaborado por la compañía Boston Consulting cuando Unicaja negociaba la fracasada absorción de Cajasur, que ahora BBK está utilizando como una referencia más, cifraba en 767 empleos el "excedente de personal". "¿Pero no era el solapamiento con Unicaja lo que forzaba despidos? Lo del solapamiento es una gaita, es un problema muy relativo. Lo gordo es que esto está hinchado", aseguran las fuentes.
El plan de recorte de BBK no se limita a los servicios centrales en Córdoba y las oficinas, sino que también abarcará el amplio conglomerado de empresas participadas por la caja, que se fue incrementando a medida que crecía el monstruo creado por la Iglesia, sobre todo durante la larga presidencia del sacerdote Miguel Castillejo. Esto aumentará el número de empleos en peligro. "Son 150 empresas, muchas no interesan. Habrá algunas que sí. Por ejemplo, seguros Cajasur funciona y es rentable, pero otras no. Lo que no le interesa a BBK es la red fuera de Andalucía, eso está claro. A la gente de la red fuera de Andalucía o se la recoloca o se va. Viene un mayor rigor en las relaciones laborales con BBK. Son gente seria, rigurosa", afirman las fuentes.
Asamblea el día 23
Cajasur aún no es oficialmente de BBK. Todas las propuestas y planteamientos puestos sobre la mesa hasta ahora han sido de manera informal, afirman las fuentes consultadas. El próximo 23 de noviembre se celebrará la asamblea general que certificará el paso de la entidad cordobesa, aún gestionada por el Banco de España, a manos vascas. Entonces, se abrirán oficialmente las negociaciones, que serán necesariamente traumáticas para Córdoba, una ciudad que tiene 328.000 habitantes y una fuerte dependencia de Cajasur.http://www.publico.es/
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