No existe al día de hoy en España una prensa capaz y digna para desenmascarar a los Sindicatos UGT y CCOO. que desde sus inicios siempre han estado al lado del Gobierno y fastidiando a los trabajadores entre otros sitios y lugares "desde las mesas paritarias de las negociaciones de los convenios sectoriales", donde solo hacen comer, beber y poner el cazo.
Ahora se acuerdan de la huelga, a buenas horas. Tras guardar un más que sospechoso silencio durante demasiado tiempo, haciendo "el caldo gordo" a un gobierno desnortado, como es el de Zapatero, que ha elevado el número de parados a cinco millones, ahora, cuando sus prebendas -la de algunos sindicatos- pueden estar en peligro, se acuerdan del recurso, derecho y abuso -al pretender imponerla- de la huelga.
Desde luego que "no son todos los que están" ni "están todos los que son", pero el lamentable espectaculo de los principales sindicatos españoles no puede ser más pauperrimo y servil. Incapaces de su propio mantenimiento, con las cuotas de sus afiliados, vino "papa" Estado en su momento a socorrerlos con una ley, que en otros parlamentos europeos sería escandaloso, para contribuir a su sostenimiento; con lo que la libertad e independencia de los mismos es más que dudosa. Independencia que, con los gobiernos de ZP, cayó en caida libre hacia el barro del descredito, con la silente complicidad de los llamados sindicatos principales; que no se muy bien porque son llamados asi, a no ser por su copiosa cantidad de "liberados" : los que no suelen dar ni golpe a costa de los presupuestos generales.
Ahora, cuando todo este entremado de voluntades compradas y silencios en venta están en peligro, porque ya no hay preupuesto que lo aguante, se acuerdan de la huelga para disimular su apesebrada impostura y, en el fondo,querer seguir formando parte de la privilegiada casta sindical, cada vez más alejada del verdadero trabajador de a pie. Lo dicho: a buenas horas.
Avicena o Ibn Siná (como fue llamado en persa y en árabe) nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en Uzbekistán). Cuando tan sólo contaba con 17 años ya gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur. Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano árabe Abū el-Kasis de Córdoba. Libros: El canon de medicina, El libro de la curación, Poema de la medicina
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