El diario ultraizquierdista propiedad del millonario Jaume Roures propuso ayer al gobierno que le quite a la Iglesia el dinero que libremente le asignamos nueve millones de contribuyentes, la única asignación fiscal que podemos decidir y concretar libremente los españoles, puesto que las demás confesiones religiosas las sostiene este gobierno con nuestros impuestos por medio de la Fundación Pluralismo y Convivencia. Y es que un católico español puede no asignar ningún porcentaje de sus impuestos a la Iglesia, pero tendrá que aportarlo -quiera o no- a otras religiones, entre ellas el Islam. Sin embargo, Público no dice nada de retirar la subvención al resto de confesiones. Por lo visto, su idea del laicismo sólo es válida para perjudicar a los católicos.
Obvia decir -ya lo habréis adivinado- que Público no habla de suprimir las subvenciones a partidos, sindicatos y grupos de presión afines; tampoco dice nada de suprimir ministerios o vicepresidencias. A aquellos los tenemos que sostener nos gusten o no sus ideas y acciones. El gabinete de Zapatero no ha renunciado ni a un solo cargo mientras nos pide sacrificios a los españoles. Pero Público obvia todo eso, a pesar del gasto astronómico que supone para los españoles, porque eso forma parte de la maquinaria ideológica con la que los amiguetes de Roures pretenden eternizarse en la poltrona. Antes bien, para el cristianofóbico panfleto de Mediapro, lo que se debe suprimir es el dinero que libremente dedicamos a una institución que está entregándose por entero a los pobres en estos tiempos de crisis, no sólo a través de ONGs católicas como Cáritas y Manos Unidas, sino también por medio de las parroquias, los conventos y demás centros católicos que nueve millones de españoles decidimos libremente sostener con nuestro dinero vía IRPF.
¿Tendrá pensado Público dar de comer a todos esos pobres? Desde luego, no me imagino haciendo una tarea tan incómoda a unos niños pijos que van por la vida de revolucionarios de salón, y para los que eso de la caridad es cosa de burgueses que se niegan a repartir sus riquezas y hacer así la justicia social. ¿Repartirá Roures sus millones entre los más necesitados? Es más, y rebajándole un poco el listón a don Jaume para que su conciencia marxista no pase un apuro: ¿renunciará Roures a la publicidad institucional y a los contratos públicos de los que se benefician sus medios? Si el Estado hiciese un ajuste como es debido y eliminase las televisiones públicas, ¿dónde colocaría Mediapro los programas que, por ejemplo, produce para TVE?
En fin, la Iglesia ha aguantado momentos de suma pobreza e incluso tiempos de duras persecuciones (de esto saben mucho los señores de Público, herederos ideológicos del viejo chekismo). En la parroquia a la que acudo cada fin de semana, por ejemplo, la cuarta parte de lo que se recoge al mes en los “cepillos” se destina a los pobres. La cuarta parte, señores, un 25%. ¿Cuánto destina Público a cuidar a los pobres? ¿Cuánto destinan sus amigos del PSOE y de los sindicatos de izquierda? ¿Aguantaría Público una semana sin recibir ni un euro del Estado?
También hay otras preguntas que me rondan la cabeza: ¿pedirá Público perdón por haber estado apoyando la desastrosa gestión de Zapatero, que nos ha llevado a esta situación? ¿Pedirá perdón ese panfleto ultraizquierdista por haber hecho de animadora de un gobierno frívolo y despilfarrador que ha puesto nuestra economía al borde del precipicio? Es evidente que no lo va a hacer. Al contrario. Lo propio de los totalitarios es buscar cabezas de turco a los que endosar sus errores, y eso es exactamente lo que hace Público al callar sobre su responsabilidad política y moral en este estado de cosas y al intentar cargar sobre la Iglesia las consecuencias de sus actos, en un episodio más del odio enfermizo que ese diario destila contra los católicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario